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Una mala dieta mata más que el tabaco

Comer mal puede ser más mortífero que fumar cigarros. Así de clara es esta afirmación que se extrae de un reciente estudio publicado en The Lancet. En esta revista científica se ha podido leer que una mala dieta mata más que el tabaco. Cerca de 11 millones de personas mueren al año por un exceso de sal junto al predominio de azúcares y grasas. Pero lo más peligroso es la ausencia de frutas o cereales en sus comidas habituales. Así se dan los fallecimientos por una inadecuada alimentación.

Las claves de que una mala dieta mata más que el tabaco

Lo primero que apunta el documento es que en el año 2017, una de cada cinco personas que fallecieron seguían una dieta pobre. Esa «alta en sal y baja en cereales de granos enteros, frutas, frutos secos, semillas y ácidos omega-3″. Todo este déficit supone un factor de riesgo importante. Más incluso que «el sodio, el azúcar y las grasas, que han sido el objetivo principal del debate en las últimas dos décadas». Así, las políticas de nutrición no han centrado sus esfuerzos en esas ausencias, sino en el contenido peligroso de las dietas.

Los datos que aparecen en la investigación revelan que 10 millones de pacientes sufrían dolencias cardiovasculares y 913.000 tenían cáncer. Luego, en unas 339.000 muertes se detectaron casos de diabetes del tipo 2. Por tanto, estas enfermedades estuvieron presentes en esa enorme cifra de fallecimientos. El título del estudio «Carga global de enfermedad» ya indica su objetivo de averiguar la relación existente entre muerte y alimentación.

Para llegar a esas conclusiones, los investigadores examinaron las tendencias de consumo en función de hasta 15 factores dietéticos clave, entre 1990 y 2017. Unos 195 países estuvieron incluidos en esta recolección de datos. Los autores reconocen que puede existir un pequeño margen de error. Esto se debe a que ese proceso no fue del todo igualitario en todos los países, por la falta de información en algunos.

Sin embargo, la conclusión es clara: una mala dieta mata más que el tabaco. Demasiados alimentos salados y escaso consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y leche. Esos fueron los factores de la dieta que más incidieron en las muertes. De ahí que la ingestión de otros productos como bebidas azucaradas, fast food o carne roja tuviese menor influencia en el resultado mortífero.

Esa peligrosa relación, poco preocupante en España

Nuestro país ocupó el tercer puesto entre esos 195 países analizados, por lo que existe una proporción realmente escasa de fallecimientos por inadecuada dieta. Francia se situó en segundo lugar e Israel se llevó la primera posición de una lista que fue muy negativa con aquellos países que sufren diversos problemas sociales. Por ejemplo, Afganistán, Uzbekistán, Papua Nueva Guinea o las islas Marshall. 

En definitiva, los autores creen que es necesario «coordinar esfuerzos a nivel global para mejorar las dietas mediante la colaboración entre diferentes secciones del sistema alimentario». También destacan las «nuevas políticas» para que la alimentación sea más equilibrada, sin esas faltas tan imprescindibles. Porque, de lo contrario, ya se ha demostrado que una mala dieta mata más que el tabaco. 

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