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Bebidas energéticas en niños: ¡peligro!

El consumo de bebidas energéticas en niños puede traer consecuencias nefastas para su desarrollo. No en vano, cada vez más informes nos alertan sobre unas cifras cada vez más preocupantes. ¿Por qué aumenta más y más la proporción de menores que las consumen? ¿Está fallando el marketing? Descubre a continuación algunas de las posibles causas además de varias propuestas para solucionarlo.

Consumo de bebidas energéticas en niños: datos preocupantes

La AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) detalla el fenómeno con pelos y señales en su último informe. De este se desprende que uno de cada cuatro niños de cuatro a diez años es consumidor. En el caso de los adolescentes, las cifras llevan a los dos tercios del total. Por si fuera poco, las consecuencias de los riesgos asociados a su ingesta han crecido a la par. Así pues, el 40% de los niños españoles entre seis y nueve años tiene sobrepeso u obesidad. No es una cifra para tomarse a broma.

El consumo de bebidas energéticas en niños está contraindicado
El consumo de bebidas energéticas en niños está contraindicado/Fuente: Pixabay

¿Es el sobrepeso fruto del consumo de bebidas energéticas en niños solamente? No. Hay muchos otros factores a tener en cuenta como la alimentación en general y el ejercicio físico. Sin embargo, el abuso de estos refrescos refleja pautas de consumo interesantes. No hay que olvidar que sus padres les permiten ingerir tremendas cantidades de azúcar y cafeína. Dos sustancias que requieren moderación debido a sus efectos adversos.

¿Cuáles son estos efectos?

Entre los de la cafeína encontramos algunos muy conocidos como inquietud, nerviosismo o dolores de cabeza. Otros, como dificultad para concentrarse o dormir, figuran en la lista. Estos dos últimos pueden ser muy preocupantes para los pequeños, ya que se encuentran en una etapa de desarrollo. También encontramos algunos ocmo incremento de la tensión arterial, la aceleración del ritmo ardíaco o las molestias estomacales. 

Estos efectos preocupan a la AESAN, la cual recomienda evitar el consumo de bebidas energéticas en niños hasta los once años. Después podrían hacerlo de forma muy moderada. En cuanto al azúcar, la propia agencia resalta especialmente sus peligros. ¡Una lata contiene hasta quince sobres de azúcar! Por lo tanto, podemos entender los elevados índices de sobrepeso y obesidad entre los menores. Así como la aparición de enfermedades crónicas y trastornos de toda índole. Diabetes, malnutrición, problemas cardíacos y falta de concentración son algunos.

¿Qué está fallando?

Resulta obvio que cualquier padre o madre desea lo mejor para sus hijos. Así pues, la principal teoría es que el aumento del consumo de bebidas energéticas en menores proviene de padres desinformados. El marketing puede darles a entender conceptos equivocados. Muchos las confunden las bebidas isotónicas para la recuperación tras el deporte. También es frecuente que la publicidad las señale como bebidas refrescantes. Por esto es que se las ofrecen a sus hijos cuando llega el calor.

El abuso del azúcar puede provocar distintas patologíasLo más lamentable es que no afecta a todas las familias por igual. Por lo general, son las familias con menos recursos y formación las más desinformadas. De esta manera es que se vuelven más influenciables ante el marketing. Esto explica por qué las familias pudientes llevan mejores hábitos que las de entornos en situación de pobreza.  

¿Existen soluciones?

Seguramente. La clave sería explicar claramente a los padres lo que le están dando a sus hijos. Por lo tanto, puede ser mala idea anunciarlas como productos que aportan vitalidad y fortaleza. Francisco José Ojuelos, abogado experto en Derecho Alimentario tiene alguna idea. Propone dejar en el pasado la denominación de bebida refrescante. De esta manera, la opción amaparada por la ley sería llamarlas bebidas azucaradas o edulcoradas. Así no se banalizaría el consumo de cantidades desorbitadas de azúcar y cafeína.

La cafeína de las bebidas energéticas puede provocar problemas de atención a los más pequeños
La cafeína de las bebidas energéticas puede provocar problemas de atención a los más pequeños/Fuente: Pixabay

El ministro de Consumo español, Alberto Garzón, aún no ha presentado medidas concretas. Ha recordado que ya es obligatorio la inclusión de la advertencia: «Contenido elevado de cafeína: No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia». Lleva reuniéndose con expertos desde la publicación del estudio de AESAN para elaborar una nueva regulación. Mientras tanto, fomentará los programas de concienciación y educación. Además, los padres contarán con medios digitales, como este, que informan sobre alimentación. 

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