Inicio Carnes Carnes con IGP, más que un sello

Carnes con IGP, más que un sello

En España también podemos enorgullecer nuestra riqueza de grandes productos agroalimentarios con algunas carnes con IGP. Aunque la mayoría de veces pasen desapercibidas para el consumidor. Ese que acude al supermercado o la carnicería de su barrio en busca de simplemente algún corte cárnico para sus recetas. Raramente los clientes se detienen a identificar el origen o la etiqueta del producto. Pero las piezas con el sello distintivo tienen más historia para contar. ¿Quieres descubrirla?

Calidad y consciencia alimentaria

En primer lugar cabe recordarte que el sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP) es otorgado por la Unión Europea para esos productos cuya calidad es diferenciada. ¿Por qué? Pues en gran parte porque están ligados a un territorio y este aspecto les aporta unas cualidades o características propias, distintivas de alimentos de otras zonas. Esas particularidades se controlan estrictamente como garantía y aval de cara al mercado.

Carnes con IGP
Teresa López, ganadera gallega, con su pasto de vacas / Foto cedida

Pero la clave para saber lo que compras está todavía más atrás, en esa procedencia exacta del alimento. Dos buenos ejemplos de que es necesario valorar mejor cada elección de un producto cárnico son la Ternera Gallega y el Ternasco de Aragón. Estas dos carnes con IGP representan un trabajo ganadero que se mantiene desde hace siglos.

Porque, de forma tradicional, la ganadería vacuna y ovina ha sustentado a muchas familias de entornos rurales. Unas que se han dedicado con mucho esfuerzo, mimo e incluso paciencia a obtener unas piezas cárnicas excepcionales. Además, desde que se ganaron la distinción europea con ese sello, siempre han mantenido el respeto al pliego de condiciones fijado por el Consejo Regulador. Ofrece la garantía de esa calidad.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Ternera Gallega (@terneragallega)

En resumen, las carnes con IGP no son unas cualesquiera, sino que tras ellas hay mucho más que un mero producto. Están los animales bien cuidados, los ganaderos que se ganan la vida con ellos y, en definitiva, el desarrollo rural de muchas regiones. Esto es importante que lo sepas para que la próxima vez que acudas a comprar actúes con consciencia alimentaria, sabiendo cómo estás ayudando a dinamizar un importante sector.

Historias detrás de estas carnes con IGP

Para profundizar aún más en quiénes están detrás de estos productos cárnicos diferentes, dignos de conocer y disfrutar en la mesa, a continuación relatamos algunas historias de ganaderos. Esos que con su trabajo diario aportan al mercado unas selectas carnes con IGP. Tanto en Galicia como en Aragón, vacas y corderos ofrecen una magnífica materia prima que seduce después a los amantes cárnicos más exquisitos.

La utilidad del pastoreo

Alberto Riba es un ganadero aragonés de 44 años que continúa con la tradición pastoril de su familia, siempre adscrita a la IGP Ternasco de Aragón. Un sello que considera muy importante para que «nunca llegue al mercado un cordero que no tenga las máximas garantías para el consumidor». La trazabilidad controlada al 100 % es un aval que se corrobora unos controles «muy exhaustivos».

ganadero rebaño ovejas
Alberto Riba, ganadero de Ternasco de Aragón / Foto cedida por Gaiga Comunicación

Junto a su mujer, Riba cuida un rebaño de unas 600 ovejas en la comarca montañosa de Matarraña (Teruel). Además, fue uno de los fundadores de una cooperativa que a día de hoy agrupa a más de 700 pastores. Pero más allá de producir una carne de tal calidad, destaca la labor de utilidad del pastoreo: 

«En invierno limpiamos orillas de campos, pinos caídos… Si nosotros no lo hacemos, nadie lo hace. Luego, en primavera segamos hierba y ya en verano recogemos paja para dar de comer a los animales en invierno. Ellos siempre son lo primero».

«Valor añadido a la carne»

Por su parte, Ángel Santos es un ganadero de 40 años que desde hace tan solo siete años dirige un negocio dedicado al vacuno junto a su madre en la localidad de Friol (Lugo). Aunque estudió para ser administrativo, se decantó por trabajar en la explotación animal, siguiendo los pasos de sus abuelos. En total, tiene unas 70 cabezas de ganado que pastan en las 50 hectáreas donde pastorea cada día con también unos 40 terneros. «Primero los llevamos a mamar y luego estamos hasta la noche con el ganado pastando al aire libre», asegura.

ganadero vaca vacuno
Ángel Santos, ganadero de Ternera Gallega / Foto cedida por Gaia Comunicación

Este pastor cree que el sello de IGP Ternera Gallega «aporta un valor añadido a la carne y esa diferencia se nota». Por eso, desde Información Gastronómica también te animamos a consumir este tipo de productos. No solo estás pagando por un alimento exquisito, sino que estás ayudando a que la actividad pastoril tradicional no desaparezca. Compra carnes con IGP, disfruta de la calidad.

Compártelo