Reivindica la gastronomia sostenible este 18 de junio. Aunque la preocupación crezca cada día, la alimentación de la población mundial dista de ser respetuosa con el planeta. ¿Qué papel juegan en esto las empresas? ¿Los patrones de consumo actuales han cambiado algo? ¡Vamos a verlo!
¿Por qué hay un día de la gastronomía sostenible?
Nuestro planeta no atraviesa sus mejores momentos. El impacto de décadas de industrialización a pasos agigantados ha dejado huella. En un mundo interconectado, solo hace falta ver el impacto de la COVID, es cuestión de tiempo que el cambio climático nos perjudique seriamente. De hecho ya empezamos a notar alteraciones. Por ejemplo, ha sido necesario empezar a desplazar viñedos a áreas más altas y frías.
Sin embargo, aún contamos con cierto margen de maniobras para evitar las peores consecuencias. Por ello urge una reforma en nuestro modo de alimentarnos. Así pues, nace en 2016 el Día Internacional de la Gastronomía Sostenible. Se celebra el 18 de agosto y fue declarado por las Naciones Unidas. Lo hicieron a propuesta de la Sociedad Peruana de Gastronomía (APEGA).
El objetivo de esta «celebración» que más bien es una reivindicación no es nada sencillo. Consiste en concienciar sobre los actuales problemas del mundo gastronómico. Una gastronomía sostenible es incompatible con un mundo en el que se desperdicia casi un tercio de la comida. También lo es con que más de 800 millones de personas padezcan inseguridad alimentaria.
¿Qué podemos hacer?
Algo tiene que cambiar para nutrir a la población mundial sin desbaratar por completo los ecosistemas. Por ello es que la ONU promueve comportamientos responsables. Estos van desde los patrones de consumo a las prácticas responsables de las empresas. Algunas conductas que ayudan son comer productos locales de temporada o evitar algunos que dañan el medio ambiente.
Repite con nosotros…
???? ¡No puede haber #AcciónClimática sin #AdaptaciónClimática! pic.twitter.com/fghOkh2KaN— Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) (@IFADespanol) June 5, 2022
Por ejemplo, prescindir de comida basura que no aporta nada y que contiene aceite de palma. Para obtenerlo, es preciso deforestar vastas extensiones de jungla indonesia. Obviamente, esta actividad no es sostenible y acelera el cambio climático. Por razones como esta cabe pensar en un nuevo modelo productivo. No obstante, debemos recalcar que no todo está perdido.
¿Qué alternativas han aparecido?
En los países europeos crece, aunque quizá a un ritmo insuficiente, el consumo cooperativo. Algunos supermercados, por ejemplo Foodcoop en Barcelona, pertenecen a una cooperativa de socios que compra productos sostenibles al por mayor. De esta forma, sale más barato que comprar en las zonas «bio» de los supermercados. Los precios de estas llegan a triplicar en muchas ocasiones el precio del producto convencional.
Así pues, mediante estos movimientos también se genera un cambio social. Este proviene de un reparto diferente de la riqueza. Al comprar a medianas empresas locales fomentas que el capital se quede y se reinvierta en la zona. De esta manera se genera empleo y las personas prosperan. Además, esta clase de consumo evita que unas pocas multinacionales concentren todos los beneficios y los empleen en la especulación.
¿Y las empresas?
Como puedes comprobar, muchas veces el secreto para lograr una gastronomía sostenible consiste en leer la etiqueta. Son comportamientos del consumidor que ayudan. Sin embargo, la mayor parte de la responsabilidad la poseen las empresas. Así pues, urge acelerar la tendencia de muchas de ellas a volverse sostenibles. En gran parte porque saben que el público demanda una alimentación consiente. También porque saben que los combustibles fósiles no durarán para siempre y que el agua ya escasea en bastantes lugares.
Un ejemplo sería el caso de Heinz, que persigue cultivar solo tomates sostenibles en España para 2025. Lo hará mediante técnicas eficientes de manejo de agua y suelo sin químicos. ¿Qué se te ocurre a ti hacer este 18 de junio? ¿Crees que el comportamiento de los consumidores está forzando a las empresas cada vez más?