Hidratarse es una acción fundamental para nuestra vida. Pero el agua no solo tiene la función de hidratar. Se encarga también de transportar alimento y oxígeno a las células, de desechar desperdicios, de limpiar nuestros riñones de sustancias tóxicas, de ayudar a controlar la presión sanguínea y de un largo etcétera. La novedad es que desde hace unos años se dice que beber agua caliente, especialmente en ayunas, es bueno para la salud y que es necesario hacerlo. Aunque como todo, tiene retractores y estudios científicos en contra. Hoy vamos a enfrentar posturas. ¿Quieres saber cómo de beneficioso es realmente?
Propiedades de beber agua caliente
La acción de beber agua tibia o caliente proviene de los orientales. Aunque son muchos los dietistas y expertos de España que ya están de acuerdo con que esta es una buena costumbre. Esta teoría dice que beber un vaso de agua tibia al levantarse o antes de acostarse es el equivalente a una ducha en el interior del cuerpo. Asimismo, algunas de las múltiples propiedades que se la asignan es que facilita los movimientos intestinales y la digestión, que sirve para sobrellevar mejor los resfriados, o la más controvertida, que con ella pierdes peso.
En primer lugar, esta teoría defiende que el agua caliente es más eficaz para curar los resfriados y la congestión nasal. Ya que, según un estudio publicado por la Biblioteca Pública de Medicina de EE. UU., ese vapor que emite el fluido y que se aspira al acercar la taza a la boca contribuye a despejar las fosas nasales e incluso aliviar el dolor de cabeza asociado a la sinusitis, cosa que el agua fría no hace.
En segundo lugar, se dice que el agua caliente mejora nuestra digestión al tomarla antes de dormir. Esto se basa en que la temperatura elevada de este líquido hace que se deshagan más fácilmente los residuos de la cena. Además, hace que se diluyan más rápidamente las grasas acumuladas, mientras que el agua fría las solidifica y dificulta que se expulsen.
En tercer lugar, la teoría de perder peso es la que más enfrenta a los que apoyan esta idea y a sus retractores. Los que están a favor la apoyan argumentando que tomar el agua caliente a primera hora de la mañana hará que aumente nuestra temperatura corporal. Esto provoca que se ponga en funcionamiento el metabolismo de forma más inmediata. Eso a su vez acelera la quema de grasas, lo que ayuda a perder peso. Pero ¿qué piensan los que no defienden todo esto?
Un falso mito
Para desmontar la teoría de que beber agua caliente hace que perdamos peso, Daniel Ursúa, dietista-nutricionista y autor del blog Nutrihabits, declaró en una entrevista al medio El Español que “la eficacia de esta medida va a depender de lo que comamos y bebamos después de ese primer vaso y de qué entendamos por ayunos».
Posteriormente, puso en ejemplo explicando que si él se acuesta a las doce y se levanta a las nueve, llevará todo ese tiempo de ayuno, por lo que tomar un vasito de agua caliente y después un croissant con jamón y queso para desayunar, el agua va a resultar poco eficaz. Esto desmontaría esos beneficios de la bebida, ya que la alimentación es clave en todo el proceso. Porque, aunque el agua acelere la quema de grasas, todo depende de cuántas y qué grasas tenga que quemar.
Respecto al tema de ayudar a curar los resfriados y de la mejora del proceso de la digestión, los retractores de esto afirman que el agua caliente no depura. Por lo tanto, lo que de verdad sirve es seguir una correcta alimentación e hidratación para ayudar a las defensas de nuestro cuerpo, y no llenarlo de agua caliente que, en ocasiones, puede quemarnos el esófago y acabar siendo más perjudicial para nuestro organismo.
Desde siempre han existido historias y leyendas que se han ido transmitiendo de generación en generación y, aunque algunas tienen base científica, se contradicen entre ellas. ¿Es tal vez beber agua caliente para mejorar nuestra salud un simple mito? ¿Qué opinas sobre este debate? ¿Estás a favor o en contra?
