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La espuma que echa la carne en la sartén: ¡antibióticos!

Mucho se ha debatido sobre la espuma que echa la carne en la sartén. Tal vez tu madre asegure que tiene que ver con las hormonas y los antibióticos que recibió el animal en vida. Lo cierto es que no existe una explicación sencilla. ¿Quieres descubrir de dónde procede? ¿Tiene algo que ver la refrigeración? Sigue leyendo.

 

La espuma que echa la carne, una veces tanta y otras tan poca

¿Nunca has hecho una acrobacia para esquivar el aceite que salta de la sartén? Seguro que el salto se produjo al entrar en contacto la espuma con el aceite hirviendo. ¿Pero por qué suelta esa espuma? Lo primero de todo es entender de qué se trata exactamente. No es otra cosa que agua mezclada con proteínas. De estas, la mioglobina es la más relevante. Se trata de la que le da el color rojo a la carne antes de cocinarla en la sartén.

Es normal que haya agua en la carne. No en vano, todos los músculos de los animales tienen entre un 60% y un 80% de agua. De hecho, es positivo que el agua salga por algún lado. La acumulación de esta puede ayudar a la proliferación de bacterias. Por ello es importante retirar el agua si no la consumimos en seguida.

la espuma que echa la carne
Albóndigas en la sartén/Fuente: Pixabay

¿Pero por qué a veces es tanta la espuma que echa la carne y otras tan poca? Lo cierto es que depende de muchos factores que se traducen en que a veces echa mucho y otras nada. Por ejemplo, cuando congelamos la carne el hielo rompe las fibras de los tejidos. Esto se traduce en una importante cantidad de espuma en la sartén. También hay otros como la edad del animal, la cantidad de grasa o el tipo de carne. La temperatura a la que cocinemos puede tener que ver. Por lo normal, las altas temperaturas se traducen en menos espuma.

Antibióticos: mito o realidad

Hay mucho mito al respecto. Gemma del Caño, farmaceutica especialista en industria alimentaria y divulgadora científica da argumentos sólidos. Asegura que desde que se administra un antibiótico a un animal hasta el sacrificio pasa mucho tiempo. El medicamento queda completamente eliminado del cuerpo para cuando nos lo comemos. Además, la normativa europea ya no permite usar antibióticos para que el animal engorde y retenga agua.

Esto sí pasaba hace décadas. Hoy en día, el engorde se ha conseguido mediante la mejora genética de las especies a lo largo dude las décadas. Por lo tanto, puedes seleccionar la carne que comes en función de otros factores. La espuma que echa la carne en la sartén no es sinónimo de químicos dañinos. ¿Te acordarás de todo esto con la próxima maniobra de esquive al freír?

 

 

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