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Europa se abre al consumo de insectos

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El primer día de 2018 la Unión Europea celebraba la llegada del nuevo año. Con ello, la actualización de su catálogo de los alimentos que no se consumían de este lado del mundo antes de 1997. Así pues se abre al consumo de insectos.

Es la lista que la UE llama novel food y con la cual el continente se va abriendo a las influencias gastronómicas externas. De esta forma se ha tenido que ampliar, relajando las condiciones. Eso sin que ello implique flaquear en las medidas se seguridad alimentaria, por supuesto.

Facilitan, eso sí, que las empresas puedan importar productos que son cada vez más demandados. Como el consumo de insectos.

Según datos de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más de 1.900 especies de insectos comestibles complementan la dieta de 2.000 millones de personas en el mundo.

Los escarabajos lideran el consumo de insectos

Los escarabajos encabezan la lista, seguidos de orugas, abejas, avispas y hormigas. En países de América, como México, son muy consumidos los chapulines (grillos secos y aderezados), que se comen como snack.

En el caso de España, Punto MX, restaurante madrileño con una estrella Michelín, ha diseñado un menú. Lo denominan ‘entomofagia’. Son con platos de alta cocina en los que el consumo de insectos toma un rol predominante.

Como en el caso de su guacamole con chinicuiles (gusanos de la planta del maguey). O del aguachile de rape con hormigas chicatanas. O del tuétano con escamoles (las larvas frescas de hormiga).

Si aún tenéis dudas (o reparo) en comer insectos, pensad en los beneficios que esgrime la propia FAO:

  1. Proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado
  2. Son ricos en fibras y micronutrientes
  3. Plantean un riesgo reducido de transmisión de enfermedades de los animales a humano
  4. Para producirlos, se generan menos gases de efecto invernadero y consumen menos agua que el ganado tradicional
  5. Pueden alimentarse de residuos y así transformar desechos en proteínas.
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