Seas o no un experto en carne es casi imposible diferenciar a simple vista la de buey o de vaca. Por esa razón, muchas veces hay fraudes en carne de buey y nos cobran mucho más por una que no es la que nos venden. Hoy te vamos a aportar la información necesaria para que puedas diferenciar esta selecta entre las carnes rojas. ¿Quieres degustar este producto cárnico gourmet pero acertar con tu compra? Atento a lo que te explicamos.
¿Por qué nos engañan?
La carne de buey se diferencia por su impresionante dulzor y su gran ternura y jugosidad. Al tratarse de una carne roja, es rica en proteínas de alto valor biológico, que contienen los aminoácidos esenciales para el organismo, y además se absorben mejor que las proteína de origen vegetal. Asimismo, es más rica en grasas y colesterol que la carne blanca, por lo que los especialistas recomiendan consumirla bien magra, y contiene hierro, yodo, manganeso, zinc y selenio.
Su carne de debe dejar madurar unos 10-15 días y tiene que provenir de un macho castrado mayor de 48 meses. Eso le diferencia del cebón, que es un animal del mismo tipo pero que se sacrifica antes de los 4 años de edad.
El problema de todos los fraudes de este tipo está en que, si el animal está castrado, no puede procrear y tampoco da beneficios. De hecho, solo da pérdidas al ganadero hasta la hora de su venta, ya que hay que mantenerle durante un largo periodo de tiempo, es necesario que esté bien alimentado y pesa más de media tonelada. Además no puede realizar ejercicio físico porque empeora la textura y el sabor de la carne.
En cambio, las vacas sí que dan rentabilidad en todo momento. Porque además de reproducirse y ser más fáciles de cuidar, aportan leche. Esto hace que la venta y producción de su carne sea mucho más barata y luego nos la intenten vender como algo que no es. Y lo mismo pasa con otro tipo de animales.
Asimismo, el fraude en carne de buey consiste en que, a pesar de que nos den una carne de extraordinaria calidad, va en contra de los intereses de la industria cárnica. Es decir, es una estafa diseñada para ganar más dinero con un producto mucho más barato.
¿Cómo reconocer la carne de buey?
Desde el punto de vista organoléptico es casi imposible diferenciar la carne de buey de la de vaca. Por ello, el punto más importante a tener en cuenta para saber cuál es la buena es el precio, ya que si te están vendiendo un filete de buey por 30€ es que no es carne de buey real. El precio medio del kilo ronda los 80€, aunque pueden existir cortes de hasta 60€ como mínimo.
La segunda forma de descubrir si estamos sufriendo o no fraude en carne de buey es fijándonos en la etiqueta comercial, en el caso de que lo compremos en tienda. Ahí tiene que figurar la edad del animal (fecha de nacimiento y fecha de sacrificio) y tiene que poner, junto con los datos de trazabilidad, que es 100% carne de buey. Por último, la forma más eficaz de comer un buen filete de esta deliciosa carne roja sin ser engañados es la más obvia: ir a carnicerías y restaurantes de confianza.
Restaurantes con carne de buey
Aunque parezca complicado, hay muchísimos restaurantes donde puedes encontrar este tipo de carne en toda España. Dos ejemplos de algunos de los más conocidos son en El Capricho, en León, o el Llagar de Colloto, en Asturias, que comercializa en exclusiva la carne de una ganadería de buey 100% asturiano llamada Ganadería Cabrero.
La carne de buey es un manjar que no todos se pueden permitir comer a menudo. Eso sí, es un alimento de lo más tierno y sabroso que, al menos, tienes que probar una vez en la vida. Y ahora que ya sabes cómo diferenciarlo, puedes obtenerlo en tiendas de carnes especializadas o acudir a algunos de los lugares que te hemos recomendado. ¿Habías oído hablar de este fraude con carne de buey? ¿Crees que ahora podrías reconocer la auténtica?
