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Fraudes y estafas en la alimentación

Son frecuentes las noticias de los fraudes y estafas en la alimentación, pero sin duda, no es lo mismo sufrir un timo económico que poner en riesgo la salud de las personas. Vamos a ver en este artículo los engaños más frecuentes.

España es uno de los países de la Unión Europea (UE) con más fraudes en diversos alimentos. Se producen en muchos de los productos que consumimos a diario. El aceite de oliva, el jamón, la miel, la leche, el pescado, el café, el y los huevos son objetivos de los estafadores.

Uno de los principales problemas es el deficiente etiquetado con palabras que no aclaran de dónde procede el alimento. Palabras como casero, natural o simplemente fotografías de gallinas en libertad o vacas pastando nos pueden llevar a confundirnos.

Principales fraudes y estafas en la alimentación

 

El jamón

En el caso del jamón nos hemos encontrado recientemente con fraudes en el etiquetado, en concreto en productos comercializados a muy bajo precio que estaban caducados o en muy mal estado. Ha habido casos de intoxicación alimentaria graves. Se suelen utilizar fotografías de la dehesa cuando los cerdos que aparecen en ellas nunca la han pisado. También hay engaño cuando los cerdos, aunque estén en montanera, son alimentados con piensos industriales.

Todo eso sin entrar en la polémica constante del sector, pues utiliza una normativa que permite etiquetar como ibérico cuando no lo es al 100%. Cada vez es más difícil conocer el porcentaje real que poseen de ese tipo de cerdo.

fraudes y estafas en la alimentación

El aceite

En el aceite de oliva nos encontramos con aceites vírgenes extra cuando simplemente son vírgenes. También hay estafas con el origen y mezclas de aceites de diferentes procedencias. En el último informe de la UE se puede ver algún caso de los citados.

El pescado

Otro gran problema de fraudes y estafas en la alimentación con riesgo para la salud. Frecuentemente se comercializa un tipo de pescado que no es el que marca la etiqueta. Normalmente son de la misma especie, como suele ser el fletán, que lo venden o sirven como lenguado, o el corujo como rodaballo. Se trata de una venta de pesca ilegal que muchas veces por este motivo no cumple la cadena de frío. Así, se pone en riesgo nuestra salud.

También está la estafa del atún rojo cuando no lo es y simplemente está teñido para aumentar su valor de mercado. Algunos de estos casos están muy bien ilustrados en un reportaje de Telemadrid sobre el fraude alimentario. Os lo recomendamos ver para saber más sobre este caso concreto con un pescado de alta cotización.

La miel

Por problemas en la normativa del etiquetado, la miel es fuente de muchos timos. Hay casos en los que se etiqueta como miel europea cuando en realidad tiene un porcentaje muy pequeño de este origen. Hay mieles que son mezcla de siropes y melazas que son vendidas como miel a muy bajo precio. Esta es una queja de los productores que lleva ya tiempo porque las etiquetas apenas dan información al consumidor.

Otros problemas son el uso de palabras como “bienestar animal” o “gallinas felices” juntamente con fotografías de prados y gallinas en libertad. Estas nomenclaturas no están en ninguna normativa y llevan a la confusión en muchos casos. No se duda de la intención de mejorar la calidad del producto por parte de la industria. Pero confunde a muchos consumidores al asociarse con imágenes no reales. Terminan siendo también fraudes y estafas en la alimentación, aunque no lo parezca.

Es importante destacar el problema de la entrada de muchos alimentos en la UE por acuerdos bilaterales comerciales con terceros países. En estos, la normativa del uso de pesticidas es diferente a la europea y se utilizan algunos prohibidos en Europa. Casos como el uso del fipronil en avicultura o de algunos pesticidas en cítricos son claros ejemplos.

Sin duda, no existe el riesgo cero y es imposible controlar al 100% toda la alimentación. Sin embargo, un mejor etiquetado y un control por parte de la administración son necesarios. Por parte del consumidor, es muy aconsejable comprar en lugares de confianza, de origen conocido y ser exigentes con la calidad. Todo para evitar adquirir productos fruto de fraudes y estafas en la alimentación.

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