¿Sabes eso de que uno no deja nunca de superarse a sí mismo? Pues Jordi Roca es el claro ejemplo de ello. Y es que lo del pastelero catalán es de otro mundo; diseña -porque lo que él crea es diseño al estilo puro- postres en El Celler de Can Roca, sorprende a los ciudadanos de a pie con sus helados en Rocambolesc e innova en el arte de la chocolatería en Casa Cacao. Pero inquieto, curioso y con ganas de seguir superándose como es, no deja las cosas ahí. Con motivo del Domingo de Pascua, el chef ha elaborado una escultura que no dejará a nadie indiferente. La creación de Jordi Roca es, nada más y nada menos, que una Mona Lisa de chocolate.
La «Mona Lisa» de Jordi Roca
Si hubiera que describir la faceta culinaria de Jordi Roca en pocas palabras, podríamos decir “factor sorpresa”. Porque da igual lo que haya hecho antes, que siempre va un paso más allá con una creación nueva. ¿Su última revolución chocolatera? La mona de Pascua. Pero no es una mona cualquiera. Este año el repostero deslumbra al mundo con su pieza de chocolate inspirada en La Gioconda de Leonardo da Vinci… pero cuya enigmática sonrisa se ha visto reemplazada por una cabeza de chimpancé.
¿El resultado? Una pieza de chocolate con leche rellena de cacahuetes tostados y salados bañados en chocolate con leche y cacao en polvo. Con un precio de 34 euros, está disponible en las tiendas Rocambolesc desde el 12 de marzo en Girona, desde el 18 de marzo en Barcelona y desde el 23 del mismo mes -eso sí, bajo pedido- en Madrid.
Ha quedado claro que la pasión con la que Jordi Roca trabaja en sus diseños, queda reflejada en estos mismos. Y no solo eso, sino que usa su don para colaborar en diferentes causas. Con el motivo de la mona de Pascua, también ha creado la figura de un chimpancé, cuyas ventas irán destinadas a la Fundació Mona, que trabaja por la rehabilitación y rescate de primates maltratados/abandonados. De ahí que haya escogido a este primate en su elaboración.
La tradición de Pascua
¿Por qué una mona? Porque la tradición de Pascua dice que la mona es un regalo -la palabra “mona” viene del árabe “munna”, que significa obsequio- que se hace cuando la Cuaresma ha finalizado, y son los padrinos los que se la entregan a sus ahijados. Aprovechando el doble sentido, Jordi Roca ha presentado su Mona Lisa con un vídeo imitando una escena de “El Padrino”, en la que el cocinero se mete en el papel de Vito Corleone y escucha con atención la propuesta de su sobrino Martí para elaborar una mona tradicional para la Pascua. “Pertenecer a esta familia tiene unos privilegios”, dice el pastelero, “pero también tiene un precio que pagar, y es que soy yo quien decide cómo se hace “La Mona” cada año”.
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Y este año ha querido hacerle un guiño al director de cine americano Francis Ford Coppola y un homenaje al artista italiano Leonardo da Vinci. “Cada año en Rocambolesc hacemos una mona especial”, explicaba Roca para el diario Expansión. “Este año le hemos dado una vuelta al juego de palabras que nos vincula con la famosa obra de arte”. Para llevar a cabo este proyecto, ha contado con la ayuda de Montse Zurilla -escultora-, “a quien le pedimos esta escultura para poder hacer el molde que ha desarrollado nuestro colaborador Álex Canosa para después hacer el trabajo en nuestro obrador”. Y así es como Jordi Roca une la fiesta, el dulce y el arte en una pieza única.
La creación de Jordi Roca, sin límites
No es la primera vez que el de Gerona nos deja a todos con la boca abierta en estas fechas. Ya lo hizo en 2018 simulando la cabeza de Darth Vader -elaborado con chocolate negro y con bombones de avellana y galleta en su interior-, o en 2017, que creó la escultura de chocolate ‘Monai’ -que se componían una estructura chocolate al 72% o del 42%, según la elegida, y que escondían en su interior almendras garrapiñadas con chocolate negro, pan de especias y polvo de oro-.
Con esta creación Jordi Roca ha vuelto a hacerlo. Ha creado una escultura a base de chocolate en la que ha acaparado todas las miradas. La Mona de Pascua del menor de los hermanos Roca es el broche perfecto para la festividad que homenajea, en el que arte y repostería, y tradición y vanguardia, se unen.
