Un fruto que había tenido mucha presencia en la cocina mediterránea, presente aún en muchas elaboraciones de carnes, setas, verduras, ensaladas y repostería. El piñón puede ser que no esté de moda pero es un gran producto que aproxima, como el que más, la esencia y carácter mediterráneo al plato.
Con grandes propiedades nutricionales, el piñón es rico en ácidos grasos de calidad ,con un alto contenido en omega-6 y omega-3. Esto nos puede ayudar a reducir los niveles de colesterol malo y aumentar los del colesterol bueno. También nos aportan una gran cantidad de fibra. El piñón es especialmente calórico con casi 700Kcal cada 100 gramos y todo ello lo hace tener un gran poder saciante y perfecto para algunas dietas. Aunque todo ello no nos debería preocupar mucho ya que las cantidades utilizadas en las elaboraciones son francamente bajas.
Es importante resaltar el aporte de minerales como el potasio, el magnesio, el hierro y el zinc. En cuanto a las vitaminas es destacable el aporte de vitamina E razón por la cual se relacionaba el piñón con la fertilidad.
En una buena elaboración, no se olviden del piñón
Presente en la cocina y el recetario mediterráneo ha sido una de las victimas del análisis de costes de algunos restaurantes más actuales. Sin embargo aporta una categoría especial a cada plato, un sabor fino, dulzón y de bosque mediterráneo. Una forma de buscar la excelencia para el comensal. Su alto coste es fruto del gran trabajo para su obtención.
Utilícenlo aunque sea de forma tímida en platos de verduras y ensaladas, en pescados como el bacalao o en guisos de carne y caza. También para enriquecer bizcochos, tortas y cocas dulces.
Trátenlo, como se merece, con delicadeza en especial con las temperaturas. Pueden tostarlo siempre sin añadir aceite y con precaución. Su alto nivel de grasa limita su conservación, una vez ya están pelados. Lo mejor es guardarlos en un lugar fresco, oscuro y en frascos de cristal pequeños.
