Como tapa, como plato principal o incluso como acompañamiento. La gastronomía española no se entiende sin las croquetas, una de las comidas más tradicionales y consumidas del país. Porque así es, las croquetas no pasan de moda sino todo lo contrario; es un bocado que da mucho juego y mucha libertad a la hora de cocinarlo. De jamón, de bacalao, de pollo… y de otros tantos ingredientes que resultan inimaginables combinados con el concepto que rodea a este manjar. Tal es su importancia que ya tiene su día propio cada 16 de enero: el Día Internacional de la Croqueta.
Su desconocido origen
Lo cierto es que no se conoce con total seguridad en qué lugar o cuándo se hicieron croquetas por primera vez, pero por lo que se ha podido descubrir, se ubican en Francia. La versión más creíble del origen de la croqueta es la que tiene a Antonin Carême, al que se conoce como el rey de los chefs y chef de los reyes, como protagonista. Se dice que presentó al rey Luis XVI la masa del bechamel rebozadas con una capa crujiente y frita. Desde entonces, este aperitivo llegó para quedarse en las comidas de la alta sociedad francesa.
A España llegaron en el siglo XIX. En un primer momento se concibió como una comida dulce, ya que se elaboró por primera vez como croquetas de arroz con leche. Pero a medida que fueron instaurándose en la cocina española sus ingredientes fueron variando hasta llegar a los más populares de hoy en día: jamón, pescado y otras carnes.
¿Cómo comenzó el Día Internacional de la Croqueta?
Así, el 16 de enero se celebra el Día Internacional de la Croqueta. Al contrario de lo que pueda parecer, no hace demasiado que se festeja este día. Se inauguró en 2015, cuando a través de una campaña de comunicación para un restaurante, la idea de dedicarle un día a este alimento se hizo viral en las redes sociales. Dicho y hecho. Cada año, desde entonces, se dedica la jornada a esta comida que, a pesar de tener origen francés, posee características de la cocina castellana.
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Como hemos dicho antes, las croquetas son uno de esos alimentos que están entre los más recurrentes de la población. Quién no ha disfrutado de una tapita en un chiringuito de esos que dan al mar, o quién no las ha cocinado cuando toda la familia venía a comer. La popularidad de este alimento no se da solo porque se puedan hacer casi de cualquier ingrediente como veremos más adelante, sino porque se pueden consumir en cualquier momento del año y en cualquier momento del día. Tanto es así que, en el año 2019, el consumo medio español es de dos kilos de croquetas anuales, que se traduce en unas 80 unidades por persona.
Un manjar con más sabores
Las croquetas más tradicionales son las de restos de cocido. Sin embargo, con el paso de los años, tanto su técnica como su abanico de sabores se ha ido abriendo hasta el punto de que forma parte de la carta de restaurantes de alto prestigio. Se trata de darle una vuelta de tuerca más a un alimento con varios siglos de antigüedad. Grandes chefs como el mismo Ferrán Adrià dedicaron un espacio en su cocina para la tradición: croquetas de ave líquidas.
De rabo de toro, de chocolate, de pollo con piña y curry… esos son algunos de los sabores más curiosos que se le han dado a las croquetas en los últimos años. Y entre los aspectos que han evolucionado en torno a esta comida se encuentra la forma de cocinarla para hacerla más saludable o apta para gente con intolerancias alimentarias.
Existe en España un debate acerca de la receta de la croqueta perfecta. Y de hecho, hay varios restaurantes que afirman tener la mejor de ellas. Por ejemplo, Francis Paniego, chef de Echaurren. El de Ezcaray (La Rioja), ha mantenido vivo el legado que su madre, Marisa Sánchez, le dejó.
Porque eso es lo especial de este manjar y del Día Internacional de la Croqueta: mantener siempre viva esa tradición pero sin renunciar a nuevos sabores o novedosas propuestas como las del restaurante Solo de Croquetas. ¿Cuál es tu preferida?
