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La Gomera, diversidad paisajística y gastronomía

La Gomera es una isla muy verde, al estar repleta de bosques frondosos de laurisilva, y dulce, por su miel de Palma, que se extrae de sus palmeras. De su tierra surge la uva Forastera y de su aire el silbo, que se propagaba a través de los barrancos. Es una isla, en fin, ideal para la práctica de senderismo, en el Parque Nacional Garajonay, y para el avistamiento de delfines y ballenas.

Lo primero que se plantó en la isla fue caña de azúcar, llevada allí por los portugueses desde Madeira. Llegaron a haber en La Gomera seis ingenios azucareros en el siglo XVI. La asimilación de los indígenas a la cultura europea fue precisamente a través de los ingenios. Al inundar Estados Unidos el mercado del azúcar, los ingenios desaparecieron en el siglo XVII.

Productos de la Gomera

La elaboración de caña de azúcar nos lleva a la llamada «miel» de Palma. Se elabora con la savia de las palmeras, conocida como el guarapo, que ya aprovechaban los aborígenes. Para extraerlo hay que subir a la palmera, hacerle un corte y dejar un cubo toda la noche y a la mañana siguiente bajarlo. Antes de que fermente se hierve varias horas. De esta forma se transforma en un jarabe oscuro y muy dulce. Es un producto único de La Gomera, la isla con mayor número de palmeras de Canarias, más de 12.000. En la Casa de la Miel de Palma, en Alojera, explican el proceso de elaboración con imágenes.

Guarapo La Gomera
Guarapo / Foto: Mónica Uriel

Miel de la abeja negra canaria

Por su dimensión (378 kilómetros cuadrados) la isla tiene una alta proporción de miel. Además de la de Palma, tiene 2.000 colmenas para producir miel de abejas. José Miguel Arzola es uno del centenar de apicultores y el único que elabora miel ecológica que en la isla es llamada Jirdan. Tiene 35 colmenas de abeja negra canaria. La mayor parte de su producción de miel, que es multifloral, va a Tenerife.

“Antes de que se cristalice yo rompo esos cristales dejándolos más pequeños para que se pueda untar”, nos cuenta. “Empecé en 2015 a hacer miel por mi tío, José Arzola. Ahora tiene 91 años es el apicultor más longevo de la isla”. Curioso es su punto de venta: una especie de máquina de periódicos a la entrada de su finca donde se echa el dinero y sale el bote de miel.

La isla nunca tuvo problemas de agua, a diferencia de El Hierro. Este fue uno de los motivos por los que Cristóbal Colón paró en La Gomera para llevar agua para el viaje. En el puerto de San Sebastián hizo escala en el viaje del descubrimiento y en los dos viajes posteriores.

Hermigua
Hermigua / Foto: Mónica Uriel

Una de las zonas que más agua tiene de la isla es el valle de Hermigua, donde hasta los años 80 todo era cultivo de plátano. Ahora hay papas, calabaza, calabacín y nuevos cultivos de aguacate y mango. También aquí se cultiva el ñame, tubérculo que se recoge cada dos años y se toma en ocasiones especiales. Hay que cocerlo durante 12 horas para quitarle el picor.

Planta del Ñame. Foto: Mónica Uriel La Gomera
Planta del Ñame / Foto: Mónica Uriel

Los vinos gomeros

Dentro de los vinos gomeros la variedad más representativa de La Gomera es la forastera blanca. Con una orografía abrupta y de muy difícil cultivo, los viñedos van a menos y no hay generación de relevo, según nos cuenta José Marín, de la bodega El Guanche, donde produce los vinos Niray. Él abrió la bodega hace diez años con el terreno que compró su abuelo, quien hizo dinero en Cuba con el tabaco. Elabora un blanco seco con un 90% de Forastera y un 10% de Listán blanco.

Bodega Niray. Foto: Mónica Uriel
Bodega Niray / Foto: Mónica Uriel

«Antes en la isla sembrábamos papas y la uva se usaba en los extremos”, nos dice. Hace unos años se atrevió a plantar, junto a la Forastera y al Listán, viñedos de Syrah y Tempranillo. “No había en La Gomera y nos llevamos una gran sorpresa. La uva se comporta de manera excepcional”, asegura.

El silbo

Por estos barrancos circulaba el silbo gomero, un silbido surgido por la necesidad de los aborígenes de comunicarse a través de estas alturas. De hecho, el eco de los barrancos ayudaba a que se propagara. Primero se decía el nombre y después mensajes como “aquí hay una cabra tuya”, “alguien está enfermo” o “ven a casa”. Los gomeros lo adaptaron después al idioma español y hoy se enseña en los colegios. En 2009 fue reconocido como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.

En el Restaurante La Vieja Escuela, en Agulo, hacen demostración de silbo. Allí nos explican que es como hablar y silbar al mismo tiempo. Para comer tenemos almogrote, el paté gomero, crema hecha a base de queso añejo o queso curado, ajos, pimienta y aceite. También potaje de berros con gofio y mojo, atún en mojo, carne de cabra y carne fiesta. Y de postre, el mouse de gofio.

Potaje de Berros con Gofio La Gomera
Potaje de Berros con Gofio / Foto: Mónica Uriel

Tradicionalmente la forma de vida de la isla se basó en la agricultura de cereales para hacer gofio, que constituía la única dieta de los gomeros en el desayuno, almuerzo y cena. Ahora solo el 5% vive de la agricultura. Para transportarnos al pasado y ver cómo se elabora no hay nada mejor que “La Molina Vieja”, en Las Rosas, donde nos encontramos con un molino de 1919. Lo restauró Alcibiades García, que hace con él un gofio totalmente artesanal, único en Canarias.

Otra de sus riquezas, el senderismo

Todavía más al pasado nos lleva el Parque Nacional de Garojanay. Este parque es un referente mundial en la conservación de la laurisilva, reliquia de la Era Terciaria, que crece gracias a la elevada humedad. Todo ello generado por las nieblas de los aliseos. El bosque más visitado es El Cedro. Este árbol es de la misma familia que la sabina pero más grande. El brezo es el explorador, el que conquista lo que se acaba de abandonar, crece cuando el bosque se deteriora y hay mucha luz. Cuando hace sombra crecen las laurisilvas.

Caminando por aquí se percibe el efecto de la lluvia horizontal, en el hecho de que donde hay árboles el suelo está mojado, y donde no hay árboles, está seco, al revés de lo que pasa normalmente. En la isla hay hasta 400 km de caminos para hacer senderismo. Se corresponden con los antiguos caminos por los que se desplazaba la gente y se comunicaba con el silbo.

Avistamiento de cetáceos La Gomera
Avistamiento de cetáceos / Foto: Mónica Uriel

También tiene rutas de senderismo el Valle Gran Rey, en el suroeste de la isla, desde donde además parten barcos para el avistamiento de delfines y ballenas. La Gomera es uno de los lugares con mayor diversidad de cetáceos del mundo. Esto se debe a que los vientos Aliseos crean corrientes fuertes que traen nutrientes para los animales. Además aquí se pueden ver durante todo el año, a diferencia de otros lugares en los que el avistamiento es estacional. Con Excursiones Pura Vida  se ven delfines y ballenas con música clásica de fondo. En el Valle Gran Rey está el restaurante Charco del Conde, más conocido como Casa Ciro, de comida casera y con buenas vistas.

Parque Nacional Garojanay. Foto: Mónica Uriel
Parque Nacional Garojanay / Foto: Mónica Uriel

Todo esto es lo que te ofrece la diversidad paisajística de La Gomera, entre grandes productos y actividades de turismo entre su bella naturaleza verde.

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