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Los beneficios de cocinar con niños

La cocina es mucho más que un lugar para preparar comida; es un espacio para la creatividad, el aprendizaje y la conexión. Involucrar a los niños en la cocina desde una edad temprana no solo les enseña habilidades prácticas, sino que también fomenta el desarrollo de una relación saludable con la comida y promueve la colaboración familiar. Permitir que los niños participen en la cocina puede tener un impacto significativo en su desarrollo cognitivo, emocional y social.

¿Por qué introducir a los niños en la cocina?

Una de las razones por las que es importante involucrar a los niños en la cocina es porque les enseña habilidades prácticas que les serán útiles a lo largo de sus vidas y los convertirá en personas con más autonomía. Desde aprender a medir ingredientes hasta seguir instrucciones, cocinar les proporciona una base en matemáticas y lectura, además de fomentar su capacidad para seguir procesos y resolver problemas.

Cocinar con niños puede ser una experiencia educativa y divertida. Les permite explorar diferentes texturas, sabores y aromas, lo que desarrolla su paladar y los hace más abiertos a probar nuevos alimentos. Trabajar juntos en la cocina fomenta la comunicación y el trabajo en equipo, ya que los niños aprenden a colaborar y a compartir responsabilidades con otros miembros de la familia.

Es entendible que no siempre haya un momento para hacer estas actividades, hay que estar atento a que los niños no utilicen cuchillos o aparatos calientes y siempre se tardará más en hacerlo con los pequeños que en hacerlo solo. Pero es una gran idea para hacer en un fin de semana lluvioso o en una tarde libre.

Una idea para cocinar con los más pequeños

Una receta sencilla y divertida para hacer con niños son las trufas de chocolate, que no requieren ni horno ni utilizar instrumentos afilados. Para hacerlas necesitarás:

  • 200 gr. de budín o bizcocho de chocolate
  • 200 gr. de dulce de leche
  • Coco rallado, cacao en polvo o virutas de chocolate

Este postre es perfecto para utilizar de una manera creativa las sobras de un bizcocho de cumpleaños. Para hacerlo tienes que seguir estos pasos:

  1. Desmenuza el budín o bizcocho hasta que quede en trozos muy pequeños o migas.
  2. Agrega los 200 gr. de dulce de leche y mezcla hasta que se forme una masa.
  3. Separa la masa y has bolitas de tamaño parecido.
  4. Hazlas rodar por coco, cacao o virutas de chocolate.

Es recomendables dejarlas enfrían un rato en la nevera antes de comerlas. ¡Listo! Ya tienes un postre perfecto que los niños disfrutarán tanto comer como haberlo preparado.

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