Pan de muerto… ¿Has oído hablar alguna vez de él? Seguramente te suene extraño puesto que su nombre no invoca precisamente buena energía. Sin embargo, se trata de una tradición muy arraigada en México. Este pan dulce es típico del Día de Muertos, una festividad mexicana celebrada entre el 1 y el 2 de noviembre. Justo un día después del famoso Halloween. Existen diversas tipologías regionales que varían en función de sus formas e ingredientes. Así, como distintas teorías sobre su origen. Quédate para descubrirlo todo.
Pan de muerto ¿Qué es?
Para comenzar vamos a conocer cómo es el pan de muerto y cómo se elabora. Hablamos de un pan dulce hecho a base de: harina de trigo, leche, huevo, levadura, azúcar, sal y mantequilla. Lo más común es que lo encontremos aromatizado con anís y, a veces, con naranja. Su principal cometido, además de ser degustado, es honrar a los seres queridos que ya no están. Una tradición para recordar a aquellos que nos siguen cuidando desde otro lugar.
Su figura como los elementos que lo componen son totalmente simbólicos. La forma ovalada representa el ciclo de la vida y la muerte. Los cuatro montículos alargados representan los huesos, en concreto los brazos y piernas. Están dispuestos en forma de cruz y, según la Universidad de Cuautitlán Izcalli, indican los cuatro rumbos del universo y los cuatro puntos cardinales dedicados a distintos dioses. Y, los huesos también representan las lágrimas derramadas por los fallecidos. El montículo redondo representa el cráneo del difunto. Y, por último el sabor a azahar honra a los fallecidos.
En el país mexicano los altares no faltan en el Día de Muertos y en ellos se colocan varias ofrendas a los fallecidos, entre las que destaca el pan de muertos. Como hemos explicado suelen presentar formas humanas, pero también se preparan con formas mitológicas y de animales. Según la región de México nos podemos encontrar una variedad u otra. Por ejemplo las variedades regionales de hidalgo, oaxaca, puebla, tlaxcala, azucarado, etc.
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¿Cuál es su origen?
Su origen es bastante discutido. Nosotros os explicaremos la que más fuerza tiene en la actualidad y la que defiende el Gobierno de México en su página web. Según el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) el origen de las ofrendas a los muertos tiene lugar en las culturas prehispánicas. La ofrenda homóloga en aquel entonces al pan de muerto era la de la la de la diosa Cihuapipiltin. Esta ofrenda era dedicada a todas las mujeres que morían en el primer parto. Las personas creían que rondaban por el aire causando enfermedades a los niños y por eso las honraban con estos regalos en los templos.
Estos regalos eran panes de distintas figuras como mariposas o rayos. Se hacían a base de amaranto y pan «ácimo» (pan de maíz seco y tostado). Todas las ofrendas eran principalmente amaranto porque se consideraba un alimento muy especial. Esta teoría se basa en las crónicas del fray Bernardino de Sahagún. El INPI señala también otro homólogo al pan de muertos: el huitlatamalli, una especie de tamal.
En la época prehispánica se hacía la «papalotlaxcalli» o pan de mariposa que era exclusivo de esta ceremonia. Al parecer era como una tortilla a la cual se le imprimía a la masa aún cruda un sello en forma de mariposa, una vez cocida, se pintaba de forma colorida. INPI
Este vídeo explica el origen del pan de muerto según una leyenda popular la cual se basa en los sacrificios humanos prehispánicos.
Otras teorías…
Sin embargo, existen más teorías. Una de origen mítico basada en la leyenda popular. La otra está basada en un estudio realizado por la Dra. Elsa Malvido según el cual el origen del pan de muerto es hispano-cristiano. Al final debemos fijarnos en la peculiaridad de este dulce y su antigua tradición. Así, como sus distintas variedades y sabores. Además, lo puedes preparar tú mismo en tu casa. Para ello te dejamos la receta en este vídeo explicativo para que no te quedes sin probarlos. Y, si has tenido suerte y ya los has probado… Cuéntanos que te parece.
