En este artículo tratamos la pasta integral, un producto de moda. La rotunda afirmación de que los carbohidratos son el mal en la tierra ha manchado gravemente su imagen. Sin embargo, los seguidores de la paleodieta no están exentos del todo de razón. Es decir, su consumo excesivo y de forma equivocada pueda dañarnos gravemente. Ahora bien, algunos son más saludables que otros y los que proceden de cereales integrales poseen muchos beneficios. ¿Qué ocurre en el caso de la pasta?
Pasta integral: ¿tan diferente?
¿Es para ti una costumbre el letargo que sientes tras un buen plato de pasta? Si la respuesta es afirmativa, igual te interesa pasarte a la pasta integral. No es que hagamos una sugerencia basada en nuestra propia experiencia, sino en datos. La pasta blanca difiere bastante de la integral. Para empezar, la blanca se elabora con harina de trigo refinada. Carece, a diferencia de la integral, de dos partes fundamentales del cereal: el germen y el salvado.
Así pues, su aporte nutricional resulta algo escaso. Para que te hagas una idea, una ración (56 gramos) de pasta integral contiene 180 calorías, 39 gramos de carbohidratos, 8 gramos de proteínas, 7 gramos de fibra y minerales como magnesio, hierro y zinc. Mientras tanto, una de pasta blanca contiene 200 calorías, 42 gramos de carbohidratos, 7 gramos de proteínas, 3 gramos de fibra y un poco de hierro, pero nada de magnesio o zinc.
Carbohidratos complejos
Como puedes observar, se contiene más calorías la blanca pero menos de la mitad de fibra. Esta es imprescindible para el bienestar de tu sistema digestivo. Además carece de minerales clave como el magnesio o el zinc. Por si fuera poco, los carbohidratos de la blanca son simples. Su alto índice glucémico implica un pico de energía que se traduce en una bajada tan brusca como la subida. En cambio, la pasta integral está compuesta por carbohidratos complejos, los cuales te dotan de energía de manera sostenida en el tiempo.
Este detalle también supone que su poder saciante sea mucho mayor que en la blanca. Es habitual que cuando comes un plato de esta te quedes con ganas de más y vuelvas a consumirla al poco tiempo. Sin embargo, la integral carece de este problema. Por esta razón resulta ideal para personas que están en proceso de perder peso. ¿Significa todo esto que la pasta blanca es el mismísimo demonio? ¡No! Consumirla puede ayudarte si realizas muchísimo ejercicio físico. No obstante, si no lo haces deberías considerar la opción integral.
