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Pez gato: recetas para su exterminio

El pez gato ha llegado a Castilla y León. Su última gran aparición la hizo en el Pisuerga hace un año. Se trata de un asunto preocupante porque las especies invasoras sin depredadores pueden destruir el equilibrio de un ecosistema. Son capaces de acabar con los peces autóctonos. Para incentivar la pesca de esta amenaza a la vida del río te dejamos aquí abajo varias recetas. Exterminar un animal nunca había sido tan delicioso ¿A qué esperas para coger la caña de pescar? Hazle un favor a los ríos castellano-leoneses y a tu paladar, aunque sea un producto poco demandado por los consumidores.

Una amenaza a las demás especies

En el caso de España tenemos varios ejemplos de especies invasoras. Hoy hablamos del río Pisuerga en Valladolid. Es un caso especial en nuestro país. Si bien otros lugares están ocupados por especies invasoras, en este se encuentran de manera desmedida. ¡El biólogo José Antonio García ha contado la friolera de 16 especies invasoras frente a cinco autóctonas! La que tratamos hoy es el pez gato. No es tan conocido pero pone en jaque a las especies nativas del río, ya que se come los alevines y juveniles de otras especies como el barbo. Es un cazador nocturno que carece de depredadores.

La característica principal de este animal marino son sus largos bigotes. También se lo conoce como siluro. La depredación de otras especies no es el único problema. Otra forma de perturbar la vida en el río es su modo de desplazarse. Se mueven por el fondo del río mientras buscan materia en descomposición para comer. Esto se llama alimentación detrívora y su problema es que remueve la tierra. Al levantar polvo impide que la luz del sol llegue bien al suelo. De esta manera, no crecen algas y por ello se reduce el número de invertebrados.

Estos últimos son una parte esencial de la cadena trófica de las especies nativas. Desde el verano de 2019 que fue avistado en Simancas, es visto como otra amenaza. Lleva solo un año pero es demasiado tiempo para una especie a la que se suma el cangrejo rojo o la carpa común. Además, preocupa su presencia desde hace tiempo en otros lugares. También fue encontrado en Juarros de Vontoya (Ávila) y en varios sitios de Soria. Quizá vaya siendo hora de fomentar su uso en la gastronomía. Este pescado se puede integrar en diversas recetas, como en salazón y a la vinagreta.

Pez gato
Pez gato con sus bigotes

Cómo cocinar el pez gato

La única opción que nos queda es tener mano dura y exterminarlo o, al menos, controlar su población. ¿Y qué mejor manera de acabar con él que cocinándolo una vez pescado? El siluro se come desde la época de la antigua Roma. De hecho, su carne era muy apreciada y cara. Aquí en España no es muy cocinado salvo en la gastronomía castellano-leonesa pero en otros países de Europa es un pescado popular. En Hungría forma parte de la receta de halászlé. Es una sopa que consta de siluro, lucio, carpa y perca. Se cuecen en un caldo condimentado con mucha paprika. En Croacia y Serbia hay una variante llamada perkelt od soma. Incluye tocino, ajo, cebolla y muchísima paprika.

En el sur de Estados Unidos es típico degustarlo frito y bien rebozado en harina. Es extremadamente popular sobre todo en el estado de Mississippi. Además, se acompaña con ensalada de col. Hablando de América, en el sur del continente se llama bagre. Una des sus recetas es el bagre cocinado en leche con ajo y cebolla. En Colombia se cocina a fuego lento y se le añade sofrito de salsa criolla. Esta se elabora a partir de aceite, ajo, tomate, cebolla y cilantro. Se debe agregar por unos tres minutos antes de retirarlo de la sartén.

Las claves de su sabor

El pez gato tiene una ventaja y un inconveniente para el cocinero. La principal virtud es su comodidad para preparar. Este es un pez carente de escamas y de espinas. A pesar de ello, su fuerte sabor recuerda al fango debido a su alimentación. Por esta razón es que todas las anteriores recetas llevan condimentos o incluso está rebozado. Su función es disimularlo y por ello es un buen alimento para experimentar con especias. Cabe destacar que el procedente de piscifactoría no posee este regusto. Tampoco va a convertirse en un obstáculo a la hora de que sorprendas a tus invitados mientras contribuyes a la estabilidad del río Pisuerga.

Si viajas a Castilla y León te animamos a pedir el pez gato en la carta de los restaurantes, ya que los chefs de esta comunidad sí saben prepararlo teniendo en cuenta esas claves. Disfrutar de un pescado distinto es posible gracias a esta especie invasora. 

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