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Slow cooking: vuelta a la tradición

¿Has oído alguna vez hablar del slow cooking? Si nunca has escuchado o entendido bien lo que significa, en este artículo te vamos a contar detalladamente lo que es. Una técnica culinaria llena de beneficios y que no te dejará indiferente.

Una vuelta a la cocina de nuestras abuelas

Los nuevos hábitos de vida presentes en la actualidad han llevado poco a poco a consumir una mayor cantidad de alimentos procesados, recetas sencillas y comida basura. Eso se debe a que cada vez tenemos menos tiempo para cocinar o por simple comodidad. Aun así, cada vez podemos comprobar como se está poniendo de moda otra vez el slow cooking. ¿Qué significa eso? Pues muy sencillo, cocina a fuego lento. Lo que hacían nuestras madres y abuelas con ingredientes locales de temporada.

Los electrodomésticos, como el microondas o las ollas a presión, son relativamente nuevos, antes no existían. Por lo que la comida se hacía a fuego lento en las cazuelas de toda la vida. Esta fórmula daba como resultado platos llenos de sabor, de los que se disfrutan hasta el último bocado. Y había tiempo para mojar pan hasta dejar el plato limpio. Eso es básicamente lo que quiere recuperar la técnica de la que estamos hablando: volver a lo de antes.

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Una mujer encendiendo el fuego de su cocina. / Fuente: Kitchen Academy

¿Cómo se elabora el slow cooking?

Aunque pueda parecer que mediante el slow cooking vayas a perder mucho tiempo en la cocina, no es del todo así. Es cierto que, dependiendo de la receta, vas a tardar más que cocinando en olla exprés o llamando a cualquier cadena de comida, pero no tienes por qué estar pendiente del fuego todo el rato. Si no tienes tiempo, siempre podrás cocinarlo en cualquier momento y guardarlo en el frigorífico o congelador.

Para elaborar estas recetas solo tienes que poner los ingredientes en la olla y dejar que se cocinen. Solo tendrás que removerlo de vez en cuando, con cucharón de madera, y añadir lo necesario. Sabrás que el plato está preparado cuando compruebes que los alimentos tienen una textura y sabor óptimos. En la actualidad existen en el mercado las llamadas slow cookers, unas ollas conectadas a la luz que mantienen la temperatura por tiempo prolongado.

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Guiso cocinado a fuego lento en una slow cooker. / Fuente: Sabor USA

Los beneficios de esta técnica

Como ya hemos dicho, el slow cooking es una técnica que nos aporta múltiples beneficios. No solo a nuestro tiempo y bolsillo, también a nuestra salud. Cocinar producto a fuego lento es infinitamente mejor que comer alimentos ultraprocesados o comida basura. Al elaborar estos platos de forma tradicional, controlamos el tipo de ingredientes que utilizamos, ya que solemos cocinar materia de primera calidad.

También podremos controlar la cantidad de sal y grasa que utilizamos, algo que nuestra salud agradecerá. A su vez, el sabor y textura de los alimentos se va a potenciar, ya que cocinar a fuego lento hace que los productos expulsen sus propios jugos, no alterando los nutrientes esenciales de los mismos. De esta forma es posible aprovechar las vitaminas, proteínas y aminoácidos esenciales de todos los ingredientes.

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Un chef utilizando la técnica del sous vide. / Fuente: FusionChef by Julabo

Slow cooking vs. Sous vide

Como hemos visto, el slow cooking es la técnica esencial para crear unos platos tradicionales de diez. Aun así, existe otra fórmula que se abre paso y que se ha convertido en el principal competidor de la misma. Se trata del sous vide. Esta técnica, de inspiración francesa es otra modalidad que nos ofrece unos platos exquisitos y naturales, elaborados de una forma que mezcla tradición y modernidad.

Sous vide es una técnica de cocción al vacío muy utilizada en los mejores restaurantes con el fin de conseguir unas recetas perfectas, en los que el cliente disfrute de platos llenos de variedad y sabor. Los alimentos cocinados con esta fórmula son envasados al vacío y sumergidos en agua para ser cocinados a baja temperatura. Gracias a ello se conserva mejor su sabor y se consiguen productos con textura y estructura uniforme.

Se dice que la técnica francesa es mejor que el slow cooking, pero no hay por qué enfrentarlos, son complementarios. Ambos ponen el producto de calidad por delante, dando como resultado platos llenos de sabor y aroma tradicional, algo que cada vez nos gusta más y que, por suerte, vuelve a nuestros días. ¿Hay algo mejor que comer algo que nos recuerda a nuestras abuelas?

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