Una universidad española ha descubierto un nuevo peligro de los alimentos ultraprocesados. Veamos a continuación cuáles son los riesgos que presentan y cómo distinguirlos de los procesados a secas. También haremos referencia a la tendencia realfooder que se abre camino, evitando este tipo de productos. ¿Llegaremos a vivir en un mundo con una población obesa del 20% en 2030 o se impondrá la alimentación sana?
Más peligros
Otro motivo más para dejar de comer alimentos ultraprocesados. ¡Por si fueran pocos! Estos presentan tanto un problema de salud pública como privada. No en vano, su abuso es un causante principal de trastornos en auge como la obesidad. Hablamos de que las personas con sobrepeso u obesas son mucho más propensas a tener dificultades médicas de toda índole. Desde la diabetes a la hipertensión pasando por el cáncer. Incluso supone un factor de riesgo con el coronavirus, según varios estudios.
El caso es que un nuevo estudio en España ha descubierto otro motivo para no comer estos alimentos. Su hallazgo consiste en que comerlos con regularidad incrementa el riesgo de sufrir dolor muscular. Ha sido la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona la que ha hallado la relación entre las grasas y los azúcares con este padecimiento. Lo novedoso del resultado de la investigación es la causa del dolor muscular. Este solía relacionarse con el estrés mecánico que sufren las articulaciones por el sobrepeso. No obstante, resulta que el dolor es independiente.
Los científicos llegaron a esta conclusión con dos grupos de ratones machos. Uno llevaba una dieta alta en azúcares y el otro una alta en grasas. Tuvieron que observar la acumulación de grasa a través del cálculo de los adipocitos intramusculares y la respuesta de los nervios musculares. Los adipocitos son células que forman el tejido graso y aumentaron de forma significativa en el primer grupo. Por otra parte, ambos sufrieron un incremento en la neurotransmisión neuromuscular. Todo ello varias semanas después de la interrupción de la dieta.
Diferencias entre alimentos ultraprocesados y procesados
Suenan parecido pero no son lo mismo. Los procesados son los que están tratados pero aún así conservan sus propiedades nutricionales. Estos pueden ser beneficiosos si los consumimos en su justa medida. Dos claros ejemplos son el pescado en conserva y las legumbres en lata. Bien es cierto que debemos tener presentes ciertos aspectos como su gran contenido en sal. Por el contrario, en los alimentos ultraprocesados no podemos encontrar la forma original del alimento. Normalmente está en una proporción muy baja y forma parte de una amalgama de añadidos.
Encontramos varios con los que debemos tener cuidado. Los refrescos azucarados son uno de los mayores exponentes al igual que la bollería industrial. También debemos tener en cuenta otros como los embutidos. Puede que te sorprenda pero si miras la proporción de jamón que llevan muchas marcas de lonchas esta es posible que sea muy baja. Así pues, las proteínas y vitaminas que contiene el jamón apenas se encuentran en lo que te llevas a la boca.
Es prácticamente imposible encontrar uno mínimamente saludable. Así pues, la trampa que usan los fabricantes es crear un producto atractivo para el paladar pero con bajo nivel saciable. De esta manera, te entran ganas de repetir mientras tu cerebro expresa placer a la sal, grasas y azúcares.
¿Cómo distinguir los alimentos ultraprocesados?
Cuando veas una cantidad monstruosa de ingredientes en un envase debes empezar a sospechar. Si un producto tiene más de un uno por ciento de sal, aléjate. También debemos tener en cuenta el fenómeno de la «quimiofobia«. Es decir, no es que un bollo sea perjudicial por el hecho de ver números y la letra E entre los ingredientes. Más bien lo es por el alto contenido en azúcar y en grasas de mala calidad (de palma, hidrogenadas, trans…).
Hoy en día el número de los denominados realfooders aumenta sin cesar. Se trata de personas preocupadas por el valor de lo que introducen en su cuerpo. Algunos de sus gurús, como el nutricionista Carlos Ríos, han lanzado curiosas iniciativas para promover una alimentación saludable. Destaca entre ella la aplicación de este hombre llamada Real Food. Con ella escaneas el código de barra y te indica si es comida nutritiva. Además, los usuarios pueden mandar alimentos a los desarrolladores para que los incluyan.
Movimientos como este han influido en la oferta de los supermercados. Por ello es que cada vez encontramos más productos que destacan su ausencia de grasas perjudiciales o su forma de cultivo. La evolución del mercado refleja una tendencia imparable. ¿Llegará algún día la decadencia de los alimentos ultraprocesados?
