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Vino solidario Kirios de Adrada Ricotí

En Burgos, concretamente en Adrada de Haza, un pueblo que pertenece a la comarca de Ribera del Duero, existe una también humilde bodega que elabora un vino solidario. Ya desde su diseño exterior con la imagen de un pájaro muy particular puedes hacerte una idea de cuál es su objetivo. La alondra ricotí es una especie de ave en serio peligro de extinción, que tan solo habita en ciertos páramos de España y África. Uno de ellos está en la provincia burgalesa, donde existe también una fundación que busca recuperar el hábitat natural del animal. En esta tarea, Kirios de Adrada y su propietario Jesús Lázaro colaboran a través de una botella muy especial. Con cada venta, un euro va destinado a salvar la población del exclusivo pájaro.

La alondra ricotí, amenazada

Al igual que sucede con otras tantas especies en riesgo de extinguirse del planeta, hay algunas como esta ave que apenas son conocidas, pero desde Grandes Productos la vamos a presentar. La alondra ricotí es un pequeño pájaro cuya población actual es realmente baja e incluso se encuentra muy repartida. En la provincia de Burgos, concretamente en el Páramo de Corcos, viven tan solo unos diez machos. Han sido avistados por los ornitólogos de la zona, quienes admiten que antes se observaban en otros puntos regionales. Sin embargo, como les ha ocurrido a otros animales, la alteración de su hábitat natural les ha afectado tanto que han desaparecido. Al menos, de esos lugares comunes donde vivían.

Esa principal amenaza de la pérdida del entorno es lo que pretende solucionar la Fundación Alondra Ricotí, de la que Jesús Lázaro -concienciado mediante la elaboración del vino solidario– es miembro. Junto a él, otros biólogos, ornitólogos y amantes de las aves, trabajan para tratar de recuperar el hábitat del pájaro. Pero para ello, necesitan dinero. Lo que desean es adquirir varias fincas de particulares en el citado páramo, así como otras 85, 5 hectáreas de terreno en un plazo de cinco años. El reto que se proponen es crear un espacio apropiado para la conservación de la especie en el Páramo de Corcos.

Alondra Ricotí en el paraje Páramo de Corcos / Foto: ubu.es

La mano del hombre, detrás del problema

Una vez más, el ser humano ha propiciado este problema de la pérdida del hábitat natural ya que la alondra ricotí necesita espacios con vegetación pero no muy alta. Si las tierras están cultivadas, esto es un problema para ella. Así, el terreno ideal es ese en el que no hay plantación agrícola pero sí actividad ganadera para que las hierbas tampoco crezcan demasiado. Ahora, la agricultura ha aprovechado esas tierras, donde habitaba el ave esteparia y donde igualmente ha descendido el ganado, para darles uso. Por este motivo, se ha visto obligada a la extinción, al no poder reproducirse en la zona e incrementar así su población.

Jesús Lázaro, concienciado y propulsor

Pero, ante la grave situación, Jesús Lázaro se propuso hace ya dos años contribuir a la recuperación del hábitat para que no terminase desapareciendo de la comarca burgalesa. Tras veinte años elaborando sus productos vinícolas ecológicos en Adrada de Haza, creó el vino solidario Kirios de Adrada Ricotí. Con la primera añada del 2016 se empezó a comercializar la botella que estrenaba su gran deseo. Actualmente, el viticultor está preparando ya su siguiente lanzamiento, con uva de la cosecha del pasado año.

Pero esa no ha sido la única labor del bodeguero, pues gracias al vino solidario y ecológico también ha logrado concienciar a ayuntamientos, investigadores y otras fundaciones. Buen ejemplo de ello han sido las actividades promovidas por la Oficina Verde de la Universidad de Burgos para dar a conocer el problema. Por supuesto, una de las colaboradoras ha sido la bodega. 

Etiqueta del vino / Foto: Kirios de Adrada

Así es un vino solidario y ecológico

En cuanto al propio producto, el vino solidario Kirios de Adrada Ricotí 2016 es de altura. Procede de viñedos cultivados a más de 900 metros sobre el nivel del mar. Todas las viñas -incluidas en la DO Ribera del Duero– son ecológicas y están en varios pueblos burgaleses, además de Adrada. Se trata de un morado intenso con muy buena capa, plomizo a la vista. Luego, en el olfato ofrece notas a naturaleza y varios frutos (ciruelas, moras, grosellas o membrillos), además de aires de vainilla y fresas. Ya en boca, es un vino generoso, equilibrado y envolvente. Reafirma esos toques a frutas confitadas para acabar con un agradable postgusto.

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