El mundo de la gastronomía está repleto de prejuicios. Esos pensamientos que hacen catalogar algún producto como bueno o malo. Sin tener en cuenta todas y cada una de sus características. Y, por tanto, desconociendo las posibles ventajas que pueden tener. Tanto en relación con su sabor como en su influencia en la salud de las personas. Por eso, ¿conoces los beneficios de los conservantes? En los últimos tiempos, estos están sufriendo una caída por las creencias falsas de la gente. Pero, ¿estás dispuesto y preparado para conocer toda la verdad? Seguro que, después de informarte, cambia tu perspectiva. ¡Adelante!
Principales beneficios de los conservantes
Como ya te hemos comentado anteriormente, los conservantes tienen más beneficios de los que puedas creer. Y es que, tienden a ser buenos para la mayoría de alimentos. Pero, sobre todo para los consumidores finales ya que evitan los trastornos digestivos. Esto es así porque, gracias a ellos, los alimentos dejan de ser perecederos. Por lo tanto, se evitan las pérdidas económicas y ciertos problemas generados en la salud del cliente. Así que, gracias a los conservantes, los productos pueden estar almacenados durante un mayor tiempo.
Y, lo mejor de todo, es que no pierden sus propiedades y características. Sin olvidar que, los beneficios que se pueden conseguir son muy amplios. Porque, gracias a ellos, el comprador tiene la certeza de que el alimento que va a comer es muy seguro. No obstante, y como todo en la vida, puede presentar una serie de desventajas. Por lo que, es recomendable que antes de añadir cualquier alimento a tu cesta leas con detenimiento su etiqueta. De esta manera, te asegurarás de comprar lo mejor de lo mejor.
Otros muchos beneficios de los conservantes
Muchos expertos y fuentes resaltan que los beneficios de los conservantes son muchos y variados. De hecho, gracias a ellos, se pueden comprar alimentos en los supermercados de todas las partes del mundo. Y, con una vida útil que sería difícil de obtener si no contuvieran estas sustancias. Junto con esto, se encargan de eliminar la aparición de bacterias patógenas. Las cuales podrían llegar a ser muy perjudiciales para la salud humana. Cabe destacar que están regulados por las normativas europeas.
Esto último con el fin de que no se incluyan sustancias que puedan ser dañinas para las personas. Otro objetivo es evitar que se implementen en cantidades inadecuadas. La AFCA insiste en que en Europa no hay ningún conservante que sea perjudicial para la salud. Y es que, confirman que el número de beneficios siempre va a ser superior al de posibles inconvenientes que puedan acarrear. Además, debes saber que no se aprueban nuevos conservantes. A no ser que se demuestre que cubren una necesidad real.
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Creencias sin sentido
Los directores y altos cargos de las grandes empresas de conservantes echan un capote a sus productos. Estos aseguran que, sin ellos, mantener la oferta actual de alimentos sería absolutamente imposible. Dadas las dudas y dificultades que aún tiene el uso de otros métodos de control microbiano. Por lo que, la demonización que el consumidor está haciendo de estas sustancias carece de sentido. Unido a esto, catedráticos expertos en el tema aseguran que los conservantes son seguros.
Esto es así porque existe una normativa enorme sobre el uso de estos productos. Así como una infinidad de controles de calidad. Por lo que, a pesar de la percepción que se tiene, los conservantes son de las sustancias más seguras que existen. Y es que, no son necesarios para el organismo, pero si lo son para los alimentos. Sobre todo, si se quiere mantener el estilo de vida al que muchas personas del país están acostumbradas.
Nuevas técnicas de investigación
La industria alimentaria está en continuo desarrollo. De hecho, las investigaciones son constantes, nunca hay un día de descanso. Se trabaja duro para crear nuevas fórmulas y técnicas de conservación. Que permitan minimizar el uso de conservantes. Por lo que, es cada vez más normal, ver productos sin este tipo de sustancias en los supermercados. Por otro lado, la OCU, destaca que, si estos están presentes en un producto, deben estar detallados en la lista de ingredientes.
En relación a este último punto, en ocasiones, las etiquetas no reflejan totalmente la verdad. Y es que, se hace hincapié en que, en muchos casos, el calificativo de “sin conservantes” es engañoso. Porque puede que el alimento no los haya llevado nunca. O, porque sugiere que es más natural que sus competidores, algo que castigado por la ley como publicidad falsa.
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Sabiendo todo esto, debes hacer un balance riesgo-beneficio. Una vez hecho comprobarás que las ventajas son infinitamente superiores a los inconvenientes. Por lo que, ¿crees ahora en los beneficios de los conservantes? Al contrario de lo que puedas pensar, ¡no son perjudiciales!