Hacer de tu pasión, tu profesión, es, en ocasiones, complicado. Incluso arriesgado. Sino, que se lo pregunten a Olga García y a Alejandro Paz. Estos dos veinteañeros lo apostaron todo para poder dedicarse a la cocina en su propio restaurante. Fuentelgato, que así se llama el establecimiento, se encuentra en Huerta del Marquesado, un municipio de la Serranía de Cuenca con poco menos de 200 habitantes. Sin duda, una inversión inicial dura, pero al mismo tiempo una apuesta ambiciosa de la que ya se van viendo los frutos.
El 2022, un año de alegrías para Fuentelgato
Ambos se formaron en la Escuela de Hostelería de Valencia. Montar algo propio en la ciudad era algo impensable para ellos en esos momentos.
Los padres de Olga, afincados en Huerta del Marquesado, regentaban un pequeño bar. «Era un proyecto arriesgado, pero era la opción que había», cuentan. Una zona fría, lejos de los pueblos más cercanos y, sobre todo, con una oferta de materia prima limitada.
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Ahí reside, quizás, otro de los retos de Fuentelgato: el constante cambio de menú (según cuentan los protagonistas, en torno a 600 0 700 platos al año). «La improvisación es parte de nuestro día a día». Y es que, como la mayor parte de los productos vienen de fuera, siempre cabe la posibilidad de que estos se retrasen o no lleguen.
Sin embargo, Olga y Alex han sabido darle la vuelta a ese obstáculo. Tanto es así, que tienen lista de espera de dos semanas; y si quieres ir el fin de semana, la espera asciende a un mes.
Los reconocimientos para los dos jóvenes cocineros llegan por todos lados. No solo habla el público, sino también los profesionales gastronómicos. Son candidatos a cocinero revelación en Madrid Fusión y, además, ya cuentan con su primer Sol Repsol.
Alex y Olga han ubicado Huerta del Marquesado en el mapa de destinos gastronómicos de la península. Han convertido un bar de la España vaciada en un restaurante con grandes proyecciones y, ante nada, han demostrado que han llegado para quedarse.
