Hace poco conversaba con uno de los mejores gastrónomos y gourmets que conozco, además de una persona inteligente y sensible me provocó la reflexión. La conversación giraba sobre la importancia de las emociones en la degustación de cualquier producto. Aunque hablábamos básicamente sobre producto gourmet, premium o de excelencia seguro que lo podemos trasladar a cualquier producto.
Toda aquella reflexión me llevó a la siguiente pregunta, ¿puede llamarse a un producto gourmet o premium solo porque sus cualidades son exquisitas?. ¿Se puede obviar cómo ha sido producido o elaborado?.¿Da lo mismo si ha sido respetuoso con el medio ambiente?. Es más, ¿ha sido respetuoso con las personas que lo han elaborado?. Seguramente pocas personas se plantearían estas cuestiones hace unas décadas. Obviamente la respuesta nunca es la misma y depende del nivel cultural o del país donde se viva. Pero, en mi opinión no se pueden obviar los valores que hay detrás del producto y las personas.
Historias a medias, más que Gourmet
Cada vez más se hace hincapié en la importancia de poder contar la historia del producto. No obstante, como todas las historias siempre depende quién la cuenta. Hay que contar que hay empresas que son respetuosas con su entorno, con sus empleados y defienden el producto y su excelencia al máximo. Otras hacen lo que pueden por conseguir el máximo margen sin prestar atención a su entorno. Incluso las hay que cuidan muy bien el entorno y nada las personas.
Lo correcto sería pagar lo que vale un producto gourmet y saber con certeza que hay detrás de este. Porque un producto se degusta al máximo en su correcta temperatura, con una excelente compañía , con un gran maridaje… NA pesar de ello, el summum se consigue cuando se puede apreciar y disfrutar todo ello sabiendo que ha sido honesto desde su creación. Probablemente un producto no puede ser exquisito si sabes que con el precio pagado se ha explotado o arruinado a algún eslabón de la cadena.
Sostenible, respetuoso y justo
Deberíamos exigir en la compra de los productos gourmet y premium que detrás de ellos no haya historias que afectan negativamente al entorno. Sucede con muchos productos lejanos, pero a veces no tan lejanos, vinculados a la deforestación, con una huella hídrica o de CO2 muy preocupante. Estoy pensando en algunos escándalos de producción de carne y café en América y Asia. También de explotación laboral como es el caso del cacao en África. O casos muy cercanos de problemas de medio ambiente en explotaciones de verduras, de abuso económico en el sector lácteo o en el sector vitivinícola.
Probablemente es idílico lo que se pide pero ya que el público gourmet paga un precio alto por un producto es de justicia pedirlo. Nos deberíamos concienciar que el valor del producto va más allá del que degustamos y esta vinculado con los valores que lo han llevado a nuestra mesa. En fin.. ya esta el tema puesto en la mesa. Sirva como granito de arena , queda dicho y escrito!
