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Oda al pimiento de Villanueva de los Infantes

El pimiento de Villanueva de los Infantes es uno de esos productos típicos que no te dejan indiferente. Su mayor hazaña fue componer el pisto más grande del mundo galardonado con el Récord Guinnes. Descubre esta hortaliza del que, posiblemente, sea el pueblo del que Cervantes no quería acordarse. Si te gustó nuestro reportaje sobre la piparra vasca no te puedes perder esta oda al pimiento más famoso de Castilla La-Mancha.

Así es el pimiento de Villanueva de los Infantes

El pimiento de Villanueva de los Infantes es autóctono de dicho pueblo. Este se cultiva en la comarca del Campo de Montiel, que se encuentra cerca de la frontera con Albacete. Destaca por su gran tamaño y porque tiene mucha «carne» consistente y fuerte. Visualmente puede considerarse menos llamativo que otros por su color. No obstante, su punto fuerte es el sabor. Puede ser verde o rojo. El primero se recolecta antes y es por ello que no cambia de color a tiempo. 

Los pimientos se germinan en semilleros. Ahí se espera a que crezcan lo suficiente. Cuando ya llegan a cierta altura, se plantan manualmente y uno por uno, en agujeros hechos en una tela de plástico. Esta se entierra y los recubre para asegurar la humedad del terreno y proteger la planta hasta la recolección del fruto. Además, el riego se hace mediante goteo para sacarle mayor provecho al agua. El proceso empieza en abril y suele acabar en septiembre. En una de las explotaciones se pueden recolectar al día entre 25 y 30 mil kilos de pimientos. No es moco de pavo si se considera que se recogen a mano.

La famosa feria cervantina del pimiento 

Este año es el primero desde 2003 sin las Jornadas del Pimiento en Villanueva de los Infantes. Desgraciadamente, ya ha pasado el primer fin de semana de septiembre en el que se celebraban estas fiestas canceladas por la situación del coronavirus. Lo organiza la Asociación para el Desarrollo Turístico del Campo de Montiel (TURINFA) con la colaboración del Ayuntamiento. La fiesta pretende unir la tradición gastronómica con la folclórica. Además, lo enmarca en el contexto de tradición cervantina que posee el pueblo, capital del Campo de Montiel.

De hecho, desmarcándonos un poco del tema, un equipo de la Universidad Complutense asegura que Don Quijote vivía en este pueblo en la novela. Se basaron en la velocidad que llevaba el asno de Sancho al recorrer las distancias. 

cultivos
Imagen de los cultivos de pimiento / Fuente: @agrohernandezpimientos

Decenas de puestos rememoran los días del Renacimiento en el mercado cervantino. Además, se nombra al lugareño o lugareña del año en las fiestas. Se trata de una persona que trabaja por el desarrollo y conocimiento del Campo de Montiel en sus diferentes aspectos. Por no hablar de las jornadas de folclore en las que las calles se llenan de bailes regionales de toda España.

Un pimiento de récord

Pero, sin lugar a dudas, lo más sorprendente es el pisto gigante. Este fue galardonado con el Récord Guinness en 2016. No lo recibió en vano, ya que la báscula marcó 1.254 kilos. Tan pesado era que hubo que levantarlo con una grúa. Incluso llegó a superar al Rataouille gigante de Disney de 563 kilos. Se trata de un plato bastante similar al pisto manchego. Sus ingredientes, de primera calidad y procedentes del campo local mayormente, son los siguientes:

  • 1.700 kilos en crudo de pimientos
  • 700 kilos de tomate
  • 350 kilos de magro de cerdo
  • 125 litros de aceite de oliva virgen extra
  • 21 kilos de sal.
Pisto gigante
Pisto gigante elaborado con los pimientos de Villanueva / Fuente: @EPCLM

La verdad es que suena delicioso. Merece la pena esperar la cola de miles de personas que aguardan bajo el sol esperando su ración de pisto. Los últimos años se llegaron a repartir hasta 8 mil platos. Hay que recalcar que el pisto gigante se prepara cada año, aunque ninguno haya superado al de 2016.

Amenazas del cultivo

No todo es tan maravilloso. Últimamente el clima no ha sido favorable al cultivo del pimiento de Villanueva de los Infantes. El municipio calculó pérdidas millonarias el año pasado por las «pelotas» de granizo que cayeron en verano. De hecho, la pasada fiesta fue un homenaje a los afectados por ello, ya que perdieron sus cosechas. Este desastre fue mucho peor que el de 2013 cuando la empresa semillera suministró unas semillas que nada tenían que ver con esta especie. Supuso un 20% de pérdidas. Esperemos que la pandemia no suponga ningún obstáculo para su comercialización. No solo es un pimiento: es tradición y cultura del pueblo.

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