Utilizada su versión roja y pequeña como condimento en la cocina, la piparra vasca alcanza otro nivel superior para formar parte de la gastronomía de Euskadi. Concretamente de la provincia de Guipúzcoa, donde esta guindilla de color verde fue acogida con gran éxito y cariño por parte de los agricultores vascos. Tras descubrirse al otro lado del charco, la planta de la que nace este producto también picante consiguió adaptarse al territorio de norte español. Realmente encontró un terreno y un clima idóneo para crecer sin problemas. A día de hoy, una de las recetas más famosas que la incluye es la ‘gilda’. ¡A continuación te contamos todo sobre este alimento autóctono de la región!
Adaptación en Guipúzcoa
El gran Cristóbal Colón dio a conocer en España la guindilla que encontró en el norte peninsular un perfecto entorno en el que adaptarse. Originaria así de tierras americanas, poco a poco la planta fue desarrollando unas características especiales en comparación con otros tipos de pimientos. Y así fue como en Guipúzcoa se aclimató a las condiciones de terreno y clima para convertir en una realidad la piparra vasca autóctona de la zona.
Una altitud baja inferior a 450 metros, unas temperaturas suaves, una humedad alta y unas precipitaciones elevadas son el caldo de cultivo ideal para ella. Todos estos elementos se unen en el País Vasco. Por eso, con el paso del tiempo, desde el inicio del consumo del producto, ha ido popularizándose en la gastronomía.
¿Cómo es la piparra vasca?
De carne tierna y fina piel, con una longitud que va desde los 5 a los 12 centímetros, la piparra vasca cuenta con un rabo estrecho, también alargado. En cuanto al color, ofrece un verde amarillento uniforme en todo el fruto. Nace de una planta de hojas verdes que puede alcanzar una altura de hasta 30 centímetros. Su floración va desde finales de junio hasta bien entrado octubre, tiempo este en el que se recolectan los pimientos de forma manual. Meses antes, en abril y mayo, se cultiva, pues el crecimiento posterior es bastante rápido. No necesita apenas cuidados.
Si la cosecha va dirigida al consumo sin encurtir, las mejores de estas guindillas son las que miden unos 8 centímetros de longitud. Un tamaño mayor no queda igual en el paladar, luego al comerlas, ya que esto significa que ha tenido mayor exposición al sol. Son más bastas e incluso pican más. Aunque, si este aspecto picante se quiere al máximo esplendor, en la última recolecta se cogen las idóneas, pues la planta aporta mayor número de semillas. Efectivamente, estas son las responsables de su picor.
Propiedades de este pimiento autóctono
La temperatura que hay en Guipúzcoa resulta clave para que la piparra vasca adopte unas características organolépticas singulares. Ofrece aromas a pirazina, mientras que al comerla se degustan toques ácidos y picantes, pero leves. Así, su picor no espanta al comensal menos tolerante con esta cualidad. En cuanto a sus propiedades en nutrientes, hablamos de un alimento rico en fibra, vitamina C y calcio. Tiene poco nivel de calorías y casi nada de grasa. Cabe recordar que las más pequeñas pican menos, mientras que a partir de los 8 centímetros ya va aumentando este aspecto.
Por tanto, saludable es para añadirla a dietas de todo tipo. Contra el colesterol, los resfriados, los dolores lumbares y las irritaciones gástricas va de lujo. Además, estos pimientos verdes sirven para destruir hongos y mohos e incluso queman grasas durante la digestión.
Uso en la cocina y la ‘gilda’
Sus usos culinarios son variados, pudiéndose preparar las piparras vascas fritas, salteadas o encurtidas. Este último método es de conservación, muy conocido y cuyo objetivo es comercializarlas en botes de cristal, frecuentemente. Otro consumo habitual para cuando es la temporada del producto consiste en servirla como aperitivo o guarnición de pescados o carnes y patatas. En territorio vasco, precisamente, se suele presentar junto a un rico bonito del Norte a la plancha. Otra presentación es sola con aceite de oliva y sal.
Eso sí, el pintxo que se crea con ella es uno de los platos más apreciados de la cocina regional. La conocida como ‘gilda‘ lleva anchoa, una aceituna rellena y este pimiento verde. El producto encurtido tiene incluso nombre y sello identificador de su particularidad como Guindilla de Ibarra o Ibarrako piparrak. Esta es una etiqueta de Euskadi que garantiza el origen único en el País Vasco, tanto producción como envasado. Una forma de permitirle al consumidor comer este alimento con sus características singulares, auténtico y de calidad.
¡Disfruta ya de la piparra vasca de Guipúzcoa si viajas por algún punto de esta provincia o, directamente, puedes comprar los botes que se venden incluso en supermercados El Corte Inglés!