La transparencia es, sin lugar a dudas, un asunto de vital importancia en el mundo de la alimentación. Por ello es que la OCU ha decidido denunciar lo difícil que es conocer el origen de muchos alimentos. ¡Uno de cada diez viola la normativa! ¿Cuáles son las prácticas de desinformación más extendidas? ¿Qué productos infringen más la normativa? ¡Descúbrelo!
¿De dónde vienen los alimentos frescos?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio para comprobar la calidad del etiquetado de los productos alimenticios. El resultado de este resulta algo decepcionante, ya que uno de cada diez alimentos frescos no explica claramente su procedencia. Para hablar de estos resultados primero debemos mencionar que la investigación a analizado 5.317 alimentos en 500 supermercados de diez ciudades. De estos la mayoría era frescos (4.175) y el resto envasados (1.142).
Un décimo de los frescos muestra faltas de transparencia por distintas razones. Por falta de información básica, porque no se lee bien esta o porque es contradictoria. Otra razón es que sencillamente es errónea. Al mismo tiempo, en los alimentos envasados (la inmensa mayoría) existe una tendencia diferente. Hay cinco tipos (miel, aceite, lácteos, espárragos y agua mineral) obligados a indicar su procedencia. Dentro de estos apenas hubo incumplimientos. Sin embargo, la inmensa mayoría de los envasados no está forzada a indicar el origen de los ingredientes.
¿En qué alimentos falta transparencia?
La carne es la que más incumple la normativa relativa a la transparencia. La carne de ternera y la de cerdo envasada la infringen en el 12% de las muestras. Por lo general las del estudio solo indicaban que era de origen nacional pero no comentaban nada sobre la procedencia concreta. En otras ocasiones aparece el lugar de cría pero no el de nacimiento ni el del sacrificio.
Por otra parte, el 11% de las muestras de pescado no informaban correctamente sobre su origen. Es habitual en los pescados de acuicultura en los que no se indica el país de cría. En su lugar se señala la zona FAO como si fuesen de procedencia extractiva. Para acabar, hacemos referencia a los huevos además de las frutas y verduras. Los primeros (sobre todo los camperos) infringen la normativa en el 9% de las muestras. Por otro lado, el segundo grupo la infringe en el 8%. Incluso contienen dobles indicaciones de origen (España/Marruecos), lo que confunde al público.
Desde nuestra redacción queremos agradecer la labor de la OCU a la hora de denunciar estos abusos. Los consideramos como tal porque la información es poder y cada persona debería elegir qué come con consciencia. Queda un largo camino por recorrer pero no nos preocupa. Está claro que el origen de nuestros alimentos se encuentra cada día más presente en la opinión pública. ¿Cuánta gente lee las etiquetas en el pasillo del súper en comparación con hace diez años?