El aceite de argán puede ser un gran aliado en la cocina. Son sorprendentes sus cualidades nutricionales pero aún más lo es su contexto social. Hoy tratamos una historia de empoderamiento del género femenino en el Marruecos rural. Descubre cómo este valioso líquido ha logrado la independencia financiera de una población tradicionalmente relegada a un segundo plano.
¿De dónde se obtiene?
En primer lugar, las mujeres tamazigh (bereber) del norte de Marruecos recolectan el fruto del árbol de argán. Lo hacen en la única zona del mundo donde crece. Es decir, la franja entre el semi-desierto entre la costa atlántica y la cordillera del Atlas. Esperan a que este madure y caiga por su propio peso. A continuación, se seca previo paso a pelarlo y despulgarlo. Así pues, las capas externas carnosas son desechadas y se venden como alimento para cabras. Estos simpáticos animales sorprenden a los turistas subiéndose a las ramas del árbol para comer.
Ahora llega el meollo del asunto. Para triturar la semilla primero hay que cascarla. Requiere técnica y mucho cuidado esta fase. La clave está en mantener intacto el interior de esta. Además, las productoras no están para ir tirando semillas. Un litro de aceite necesita 40 kilos de fruto o 20 de semillas.
El último paso es la trituración. Esta suelen realizarla empleando el método propio de sus ancestras. Se trata de molerla a mano en un mortero de piedra. No obstante, también emplean máquinas automatizadas para adaptarse a los crecientes pedidos desde otros países. Estas pueden producir entre uno y dos litros en cinco minutos.
Su precio asusta
Estamos hablando del aceite más cotizado del mundo. ¡Su precio puede ascender a 300 dólares por litro! Sorprende que hace tan solo 20 años su producción se limitase a las aldeas locales en Marruecos. No obstante, el mercado internacional ha pasado de mover 200 litros a 3.000 toneladas anuales. Esto se debe principalmente a su popularidad en el uso de cosméticos. No obstante, también se puede emplear el aceite de argán en la cocina. Por ello es que los controles sanitarios deben ser exhaustivos.
Empoderamiento de las mujeres en su origen
Sabemos que la cultura marroquí es bastante más patriarcal que la española o latinoamericana. Además, la situación se intensifica en las zonas rurales. Por ello resulta por lo menos curioso cómo unas cooperativas operadas por mujeres están dando la vuelta a la tortilla. No olvidemos que hasta 1956 las mujeres necesitaban permiso del marido para salir a la calle en el reino Alauita. Para colmo el árbol de argán se encontraba amenazado y cada vez quedaban menos ejemplares. Las mujeres empleaban su aceite sobre todo para cocinar.
Una investigadora llamada Zoubida Charrouf estaba intrigada por las propiedades del aceite. Quería descubrir por qué las mujeres que lo preparaban tenían una piel suave sin arrugas. Cuando terminó su tesis doctoral a finales de los 80 sobre el árbol probó sus cualidades hidratantes. Así pues, formó una cooperativa con 16 mujeres del mundo rural para preparar y vender aceite. El resto de las habitantes de la zona empezaron a replicar la idea y organizarse. Hoy en día tres millones de personas subsisten gracias a él.
La economía de la región creció y las responsables y principales beneficiadas fueron las mujeres. También salió ganando el ecosistema, ya que los árboles cada vez ocupaban una extensión mayor. Esta especie es un garante de que la zona no sucumba ante la desertificación. Es más, sus raíces evitan la erosión y permiten que crezca la hierba necesaria para el pastoreo. Además, el resto de especies del hábitat también han incrementado sus respectivas poblaciones.
Propiedades del aceite de argán en la cocina
El ‘oro’ rojo supera en varios ámbitos a nuestro queridísimo aceite de oliva virgen extra en lo que a cualidades nutricionales se refiere. La presencia de ácido linoleico llega al 37 % en el aceite de argán en comparación con un 7 % en el aceite de oliva. Se trata de un ácido graso esencial que mantiene a ralla el colesterol y la presión arterial. También es rico en vitamina E, la cual nos protege de los radicales libres. Estos causan muchos problemas que van desde envejecimiento a la diabetes o el cáncer.
Otro punto importante es la presencia de esteroles, los cuales tienen propiedades antitumorales. La mejor forma de aprovechar estas virtudes es verter un poco sobre nuestra comida una vez ya preparada. Le viene como anillo al dedo a una ensalada o a una tostada en el desayuno. Además, realza el sabor y aroma de las carnes y pescados, es muy versátil realmente gracias a su sabor a nuez tostada. Puedes utilizarlo en ocasiones especiales como un aderezo gourmet.
Esperemos que las valientes mujeres que lo preparan prosperen y sobrevivan a la competencia de otros aceites adulterados de procedencia industrial. A pesar de todos los avances la mayoría no llega aún al salario mínimo estipulado. No obstante, el aceite de argán en la cocina es buen ejemplo de un éxito femenino asombroso.