Entramos ya en plena temporada de habas tiernas, esas verduras frescas que se extraen del interior de alargados gajos verdes, y en este artículo vamos a profundizar en ellas. Son un alimento muy saludable como tantos otros vegetales que aportan unos nutrientes muy interesantes para tu organismo. Aunque durante todo el año también existen las habas secas, estas son más consideradas como legumbres por poseer este adjetivo. Además, nada tienen que ver con las que te vamos a presentar a continuación. ¡Descubre atractivas recetas para comerlas!
Cómo son las habas tiernas
Procedentes de una planta herbácea de la familia de las fabáceas o las leguminosas, las semillas de las habas tiernas nacen en el interior de una vaina de color verdoso. Por la parte superior, estas vainas quedan colgadas al vegetal cultivado en el campo. Se adapta perfectamente al clima mediterráneo seco, por lo que son típicas de Andalucía, Murcia, Alicante y también de Navarra. Resisten muy bien las heladas y su temperatura ideal es la templada. Durante el invierno, crecen para ser recolectadas cuando se va el frío. Después, se deben guardar en el frigorífico antes de proceder a extraer o abrir cada uno de esos gajos para sacar el haba fresca. Porque las encuentras directamente así, dentro de las vainas alargadas.
No se considera una legumbre y sí una verdura porque, según la definición de la FAO, los cultivos leguminosos tienen otras características. Por ejemplo, requieren remojo previo o cocciones largas, su vida útil es más prolongada e incluso se pueden mantener durante meses sin estropearse. Todo esto no representa a las habas tiernas de las que estamos hablando aquí, ya que estas pueden consumirse en crudo también. Aprovecha ya para ir comprándolas en el supermercado de confianza porque raramente este producto llega a la época estival. Solamente podrás encontrarlo congelado o en conservas al natural.
Propiedades de estas verduras
En comparación con otro de los vegetales más de moda, el edamame japonés, esta verdura es mucho más grande, se vende en vainas largas y de piel gruesa que incluso son comestibles. Aunque, eso sí, no se suele usar en la cocina, donde lo que sí interesa es el haba en sí misma de su interior. El tamaño de esta ya es más variable y su color es igualmente verdoso pero claro. Entrando en materia de sus propiedades, las habas tiernas no tienen grasa y aportan pocos hidratos de carbono. Lo que sí poseen son proteínas vegetales, fibra y vitaminas tanto A como C, además de minerales como el potasio. El contenido en calorías es de unos 55 Kcal por cada 100 gramos de producto.
Si estás siguiendo una dieta de adelgazamiento, este alimento vegetal es muy interesante para que lo incluyas en tus menús diarios, ya que es saciante pero ligero, muy nutritivo y más digestivo que el haba seca. Pero no podemos olvidarnos de otra de sus ventajas que tiene que ver con la versatilidad entre fogones o fuera de ellos. ¡Atento porque te vamos a explicar paso a paso cómo aprovecharlo al máximo!
Preparación y cocinado con habas frescas
Como ya hemos apuntado anteriormente, tras comprar las vainas de habas frescas debes conservarlas en tu nevera, pero no es recomendable alargar mucho su consumo. Debes evitar que empiecen a aparecer manchas oscuras en esa piel que protege el interior del alimento que te interesa comer. Tras tres o cuatro días, comprueba la firmeza del gajo y presiona con los dedos para abrirlo por un extremo e iniciar el primer proceso de extracción de las habas. Desgrana solo las que vayas a necesitar, después de lavar esas vainas para no contaminar el interior.
Posteriormente, si las vas a consumir en crudo o someter a una cocción muy corta, conviene que retires una fina capa de piel que tiene cada haba. En cambio, si decides invertir mayor tiempo en su cocinado, este paso te lo puedes saltar. Para lograr superarlo con éxito, pela con cuidado las habas tiernas de pequeño tamaño (más fáciles) y somete a un escaldado las otras grandes. Así te resultará sencilla la retirada de la piel, después de ese hervido. Observarás una verdura de verde más intenso, mantecosa, fresca y muy sabrosa al probarla.
¿Cómo puedes consumirla? Sin pelar, una opción es aderezarla con especias o aliñarla con una vinagreta; peladas, te recomendamos elaborar salsas o hummus. Más allá de estas alternativas simples, puedes crear exquisitos platos junto a otros ingredientes de temporada como las alcachofas o los guisantes. Entre las recetas más comunes están las siguientes:
- Con trozos de jamón, panceta, huevo frito, cebolla y ajo picado con un toque de vino blanco.
- Ensalada con rabanitos, ventresca de bonito en aceite, limón, pimienta negra y cebollino.
- Solomillo de cerdo y una mezcla de lechugas con toques de especias al gusto.
- Salteado con brócoli, almendras, ajo picado, limón, especias variadas y chorro de vino blanco.
¡Disfruta ya de unas deliciosas habas tiernas con estas propuestas para comerlas en plena temporada!