Cuando hace frío o el tiempo no acompaña, siempre apetece un plato de cuchara. De esos que te hacen entrar en calor; es un clásico. Patatas a la riojana, sopa de ajo, cocido, fabada… o unas lentejas. Sobre todo en España, que es el país europeo con mayor consumición de legumbres. Estas últimas, si son de la máxima calidad y producto local, mejor. Para eso puedes visitar Castilla y León, una de las comunidades autónomas con más producción de esta legumbre. La variedad de lenteja de La Armuña con IGP, en Salamanca, es una de las que más valores nutricionales tiene. ¿Quieres saber un poco más de ella? ¡Sigue leyendo!
¿Cómo es?
Sus características hacen de la lenteja de La Armuña una de las más -sino la que más- saludables para el consumo. Sobre todo por su alto contenido en proteínas, ya que según algunos estudios la calidad de esta es superior a todas las demás -gracias a los aminoácidos esenciales-. Además, por su aspecto, es bastante reconocible: tiene un color verde muy específico. También la fibra, el hierro y el calcio que contiene esta legumbre la convierten en la mejor opción a la hora de elegir lenteja.
De igual manera, a la hora de ser cocinada destaca porque no se deshace como puede hacerlo otro tipo y, además, tiene una textura fina que combina a la perfección con la suavidad que proporciona al paladar. Esto hace de ella una magnífica alternativa a otros alimentos a la hora de mantener una dieta equilibrada y rica.
IGP Lenteja de la Armuña
Cuando un producto es natural, se nota. Su sabor no guarda similitud alguna con uno que esté procesado o no tratado con el respeto que requiere. Es por eso que esta leguminosa es tan especial. Directamente desde el norte de Salamanca, en La Armuña, todo lo que de allí sale es envasado correctamente con el sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP) que garantiza su procedencia y calidad. Porque así es: tanto su producción como su almacenamiento, elaboración y envasado ocurren en la misma comarca salmantina.
¿Qué es lo que tiene de especial esta zona? Pues, principalmente, la tradición. El cultivo de las lentejas ha estado unido a esta región desde hace ya mucho tiempo. De hecho, tanto es así que esta actividad aparece en distintos tratados de cocina y agricultura a lo largo de la historia. El clima es continental, es decir, con inviernos fríos y veranos calurosos y secos, algo que favorece su cultivo.
La siembra de estas legumbres se realiza en otoño, a poder ser en octubre; y es, básicamente, un cultivo de secano. Por otro lado, la recolección se realiza en junio o julio. Una vez obtenidas las lentejas, se someten a un exhaustivo proceso de control para asegurar el máximo nivel. Salamanca, aunque principalmente destacada por sus embutidos, tiene ese hueco especial para la lenteja que lleva el nombre de la comarca norteña.
Cocina tradicional y vanguardista
La lenteja de La Armuña tiene un prestigio que se ha ganado tras años y años de producción de primera calidad. Por lo tanto, no es de extrañar que, con esas características y ese sabor, hayan dado pie a todo tipo de recetas. Las lentejas estofadas, con chorizo o con arroz son las más típicas, pero su consumo no tiene por qué limitarse a los platos clásicos del invierno. Lo cierto es que las ensaladas de legumbres son una alternativa muy fácil y sabrosa para continuar comiéndolas incluso en verano o primavera.
Además, como ocurre con todos los productos tradicionales, ha de reinventarse para adaptarse a los nuevos tiempos. Algunos platos vanguardistas que tienen esta legumbre como ingrediente principal son un pil-pil con bacalao y carabineros (de David Martín Berrocal) o unas lentejas con bogavante sobre base de arroz y frutos del mar (de Luis Nieto Martín).
Es, en definitiva, una apuesta segura, tanto por lo que te puede aportar nutricionalmente como por su sabor y calidad. No en vano es una de las mejores consideradas de todo el panorama nacional. En un formato más tradicional o más moderno, la lenteja de La Armuña con IGP es de esos productos que no pasa de moda. ¿La has probado ya?