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Otras harinas

Muchas son las personas que, por diferentes razones, demandan otras harinas. En este artículo comprobarás que existe vida más allá del trigo. Es más, hay tantas que nos hemos dejado alguna por el camino. Por ello es que leerás las que a nuestro juicio son más recomendables. ¡Sumérgete en un mar de posibilidades!

¿Necesitamos otras harinas?

Para ya lo que estés haciendo y presta atención a este artículo. Son demasiadas las personas que piensan que la única harina que existe es la de trigo. ¡Como si fuera lo único que se pudiera moler! El caso es que este tipo de harina posee algunas propiedades que pueden resultar en efectos adversos si abusamos de ella. Una de ellas es que tras su ingesta se produce un pico de glucosa en nuestro organismo. Una vez pasa este, nos llega un bajón que se traduce en cansancio.

Esta harina es poco saciante y de escaso aporte nutricional. Sin embargo, debemos reconocer que también existen mitos a su alrededor. Hay quienes afirman que tan solo basta con eliminarla de la dieta para evitar todos los males del mundo. Sea como sea, este artículo lo escribimos con la idea de mostrarte que la palabra «harina» va más allá del trigo. Vamos a ver algunas clases, muy diferentes entre sí, de estas otras harinas.

otras harinas
Manos empleando harina/Fuente: Pixabay

Harina de garbanzo

Si te gusta el marisco y has estado en Cádiz es posible que ya la hayas probado. Se trata de la empleada para elaborar las famosas tortillas de camarón. También están presentes en las pakoras de la India, de las que versaremos en otro artículo. También se usa en la fainá, una pizza blanca proveniente de Génova. Es muy preciada en la cocina vegana por su gran aporte proteico. ¿Incluso sirve para hacer pan! No obstante, lo cierto es que si solo usamos esta tendrá la miga densa y un regusto amargo.

Harina de arroz

Una de nuestras otras harinas es la proveniente de este cereal. Al igual que con la de trigo, puede hacerse con el cereal integral o sin cascarilla (blanco). Es común emplearla en alimentos para celíacos. A pesar de ello, debemos contar con que no se puede panificar sin mezclarla ya que tiene muy poca proteína. Para lo que sí es ideal es para espesar salsas sin alterar demasiado el sabor. En Japón se usa para preparar moches: bolitas gelatinosas rellenas de pasta de judía roja entre otros sabores.

Kamut

Lo más seguro es que no te suene para nada esta palabra. Designa un tipo de harina llamada originariamente Khorasan. Se trata de una subespecie de una variedad de trigo antiguo. En teoría nadie se ha molestado en mejorar la genética desde la era de los antiguos egipcios. Se suele mezclar con otras para elaborar un pan muy sabroso. La mezcla le aporta esponjosidad, ya que por sí sola aportaría una miga muy densa. Se puede usar para repostería teniendo en cuenta que los alimentos nos saldrán algo más apelmazados que con harina de trigo.

Tapioca

Una de nuestras otras harinas más curiosas es la de la tapioca. Más que de una harina se trata de un almidón y viene del fruto de la yuca. Obtenerla es más complejo que con las harinas tradicionales ya que es preciso triturar la raíz, exprimirla y secarla. Posteriormente se obtiene el almidón de sedimentación. Esta harina es propia de países tropicales y ecuatoriales en los que se cultiva la yuca. Así pues, como ejemplo ponemos el pao de queijo brasileño.

perlas de tapioca
Perlas de tapioca/Fuente: Pixabay

Son unos bollitos de miga calientes con un cierto gusto a queso. Una ventaja que ofrece esta harina es que carece de gluten. También es un gran aliado a la hora de espesar salsas o rebozar. Olvídate de emplearla para crear pan. Es decir, por sí sola no tiene ningún sabor. Por ello es que necesitas mezclarla con otros sabores si quieres preparar platos interesantes.

Harina de espoleta

Por último, haremos referencia a la espelta. Se trata de un cereal muy resistente que sobrevivía a todas las plagas y desastres naturales. ¡Existen indicios de que se consumía en la antigua Persia hace siete mil años! Cayó en desuso durante el Siglo XIX aunque ha recuperado cierta popularidad. Puede venir muy bien para preparar pasta integral con un toque rústico. En el pan aporta una miga muy abundante y una corteza poco crujiente. ¡No dudes en probar todos estos tipos de harina si te ha cansado ya la de trigo!

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