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Adoquines del Pilar, ¿te atreves?

Duro, grande y rico. No, lo siento. No vamos a hablar de «50 sombras de Grey». Pero sí de los adoquines del Pilar. Sin embargo, haremos una advertencia previa. Si te acabas de hacer un empaste, una reconstrucción o una endodoncia ni se te ocurra morderlos. Si se llama «adoquín» es por algo. Los adoquines del Pilar son caramelos, los dulces típicos de la ciudad de Zaragoza. Su máximo esplendor coincide con el otoño. Concretamente hoy, el 12 de octubre, el día de la Fiesta Nacional de España. No obstante, no es este el motivo, sino la festividad de la Virgen del Pilar a la cual rinden culto ¿Quieres saber más?

Adoquines del Pilar

Este famoso dulce zaragozano es muy, pero que muy grande. Cuando decimos grande queremos decir 200 gramos. Sí, has leído bien. Y, no solo eso, sino que está duro como una piedra. Incluso si no eres de los que les gusta chupar los caramelos necesitarás un martillo para poder romperlo. Por eso te recomendamos contar con tiempo y ganas para acabártelo entero ¿No será que estos caramelos refuerzan la fama del duro carácter de los zaragozanos?

Adoquines del Pilar
Adoquines del Pilar/Fuente: Heraldo de Aragón

Su origen se remonta al año 1928 en el municipio de Calatayud y fueron inventados por el empresario don Manuel Caro. En su envoltorio aparece la patrona de la ciudad, la Virgen del Pilar sobre fondo blanco y en ambos extremos una tela a cuadros negros y de color que se asemejan a un cachirulo. Se venden en varios sabores, pero los indecisos no tendrán un gran sinfín para decidirse, puesto que solo hay cuatro: naranja, fresa, limón y anís. Y, lo más curioso, a modo de galletita china, en el interior encontramos una estrofa de diversas jotas aragonesas:

Yo soy, maña, como el Ebro, tú eres, maña, como el mar; yo voy buscándote siempre tú, en busca mía, jamás.

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