Parece que no es tan difícil pero las marcas agroalimentarias siguen sin ofrecer toda la información del producto al consumidor. Según un estudio reciente de Innova, la tendencia más valorada en 2021 es la transparencia en el mercado. Queda claro que las principales marcas y los países más punteros hacen mejor los deberes que el resto. Todo ello lo está premiando el consumidor con más fidelidad, en especial durante la pandemia del Covid-19.
En los mercados más emergentes en los países menos desarrollados, el consumidor sigue demandando esta transparencia en la información. Todo ello se demuestra, ya que el consumidor busca esta información a través de las redes sociales, constatando una necesidad no cubierta. Esto se transforma en una ventaja competitiva para todas aquellas marcas que no tienen ningún inconveniente en ofrecer de forma sencilla y transparente la información.
Según el estudio de Innova, el 85% de los consumidores mundiales dicen que la información sobre el contenido de los alimentos es de gran importancia para ellos. Esta información es vital en el momento de la toma de decisión de compra. Por otro lado, según el mismo estudio, el 59% de los consumidores tiene interés en saber el origen del producto. El mismo porcentaje que tiene interés en saber cómo se elabora.
La importancia de la calidad y los valores
Según indica Lu Ann Williams, directora de Conocimientos Globales de Innova, Market Insights, “estos mayores niveles de transparencia generan más confianza en las marcas”. Williams añade que “tiene mucha importancia para el consumidor conocer los ingredientes, la formulación, dónde se fabrica y el impacto que tiene su producción tanto en el medio ambiente como en la sociedad”.
Conceptos como sostenibilidad y ecología son de vital importancia y ya está marcando las diferencias entre marcas y su reputación. También valores como el origen y la proximidad son muy importantes, ya que el consumidor, cada vez más, valora las cadenas de suministros cortas. De esta forma, las etiquetas son muy importantes para tener la valoración de producto sostenible y ético, dos conceptos de gran importancia. Estos están íntimamente ligados a conceptos como bienestar animal y respeto a las personas.
Para el consumidor cada vez es más importante que después de la compra se sientan bien, es decir, que su compra esté alineada con sus valores. Todo ello nos lleva a que la decisión de compra se inclina, cada vez más, en productos más naturales, sin aditivos, sin transgénicos... También con menos grasas, azúcares o alcohol y que puedan tener toda la información de ello de manera rápida y sencilla.
La solución para esa transparencia en el mercado
Es significativo que muchos productores y elaboradores del sector se esfuerzan en ello y consideran estos valores en su producción. Sin embargo, no son capaces de comunicarlo al consumidor con éxito, perdiendo o no consiguiendo la confianza merecida. Las etiquetas con códigos QR son una gran posibilidad de anexar toda esta información. Servicios como FoodXain permiten disponer de toda la información que el elaborador quiera aportar al consumidor. Este tipo de servicios permite que exista un tercero que pueda validar la información de forma imparcial, utilizando la tecnología blockchain. Sin duda, esto es un generador de confianza y fidelización al cliente. Es decir, sin imparcialidad no hay credibilidad y no se puede generar confianza.
Estos servicios, como es el caso de FoodXain, permiten al consumidor mostrar la trazabilidad y cadena de frío, además de poder explicar y describir el producto. Actualmente, casi el 50% de los consumidores interesados en la información del producto accederían a los códigos QR para tener más información. Sin embargo, las marcas no saben sacar todo el partido a ello. Es de especial relevancia el caso de las marcas blancas que siguen sin informar con calidad a sus consumidores. De esta forma, solo refuerzan el precio como motivo de compra y desatienden las necesidades de información que el estudio pone en valor.
Asignaturas pendientes
También es una asignatura pendiente de muchos productos de alto valor, ya sea por su exclusividad, su elaboración o el tipo de usuario al que está destinado. Es el caso de la alimentación infantil o para personas con alguna enfermedad o intolerancia. También de los productos gourmet o Premium. Todo ello puede crear al consumidor de alto valor dudas sobre si el producto está elaborado de la forma indicada.
En resumen, debemos ser más exigentes en saber qué compramos y motivar a todos los grandes productores y elabores de calidad que cumplan con esa transparencia en el mercado, por el bien nuestro y de su marca.
