Es muy común que productos como el vino o el queso -entre tantos otros- tengan algún sello de calidad europeo, con el fin de salvaguardar la procedencia del alimento, así como garantizar su excelencia. De hecho, seguro que conoces bastantes ejemplos. ¿Pero sabías que en España existe también mantequilla con DOP? Lo cierto es que esto no es demasiado habitual y, de hecho, en nuestro país existen muy pocas con este distintivo. La más reconocida es la mantequilla de Soria. ¿Quieres saber cómo es?
Un poco de historia: artesanía con más de 100 años
Cuando se habla de este alimento la verdad es que el consumidor no repara en su lugar de procedencia y, menos aún, con algún sello de calidad. Eso es lo que hace a la mantequilla de Soria tan especial. Es una tradición tan arraigada la de su elaboración en la provincia de Castilla y León que se han encontrado referencias desde 1845. Muchas de ellas hacen mención al Valle del Tera, que se encuentra al norte de Soria.
Por supuesto, se elaboraba de forma completamente artesanal con los utensilios de aquella época. Una vez se conseguía la manteca -la cual se obtenía a través de la nata previamente fermentada y batida en unos recipientes llamados «manzaderos»-, esta se vendía para hacer la mantequilla. Este producto final se producía en las confiterías a base de la manteca y un jarabe de agua mezclado con azúcar.
Como es normal, con la llegada de la industrialización, la forma de elaborarla en Soria cambió. Poco a poco, las máquinas y las fábricas fueron sustituyendo a los procesos artesanales; al menos en lo que se refiere a la mantequilla natural. La dulce, que es otra de las variedades de la mantequilla de Soria, continúa haciéndose en obradores de la zona. La forma en la que se elabora hace de ella un producto completamente único, y lo mismo ocurre con las otros tipos; no en vano consiguieron la DOP.
Las tres variedades de la mantequilla de Soria
Para empezar está la natural. Se identifica por tener un color marfil, por tener un sabor ligeramente ácido y por su esencia a nata fresca. A raíz de este tipo se pueden encontrar dos más. La dulce, que tiene un color hueso muy característico y goza de un sabor dulce caramelizado e intenso. Y, por último, la salada que, como su propio nombre indica, tiene un fuerte sabor salado.
¿Qué la hace tan especial?
Es importante destacar que, a pesar de la evolución a la hora de elaborarla, todos los ingredientes que se utilizan para hacer esta mantequilla proceden de Soria. La zona de producción -y elaboración- está limitada a los 169 municipios que conforman la provincia soriana, lo cual se traduce en una superficie de 9.362 kilómetros cuadrados.
La leche, además, es la principal culpable de que tenga las características que tiene: proviene de vacas – de razas frisona o pardo alpina- que pastan por el campo con total libertad.
Eso hace de ella un producto único y exclusivo de la zona; y no solo eso, sino que también le aportan una gran cantidad de propiedades nutricionales. El hecho de que sus pastos sean más duros y tengan una flora distinta, proporciona un valor energético, vitaminas y ácidos grasos que la convierten en una de las más saludables.
De los pastos sorianos a la mesa
La mantequilla es uno de esos productos imprescindibles en la cocina; se emplea en gastronomía porque le da un toque especial y muy rico al plato final. Pues bien, ¿qué mejor que la de Soria para elaborar esos bocados?
Galletas, patatas a la mantequilla, bizcochos, pasta… Solo imagínate el sabor que le daría este producto con DOP a tus recetas favoritas. Además, en la Jornada de la Mantequilla de Soria -celebrada anualmente-, se elaboraron otros manjares como el lemon curd -crema de limón casera-, fudge -dulce americano-, té…
Como has podido comprobar, se trata de un producto de alta calidad, con grandes beneficios para la salud y con una procedencia tradicional y arraigada a la tierra. Todo eso lo ha llevado a conseguir uno de los pocos sellos de DOP. ¿Qué mejor manera de demostrar todo el potencial de la mantequilla de Soria?
