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Ajoblanco malagueño, dos mil años de tradición

El ajoblanco malagueño es en aquella provincia lo que el salmorejo es en Córdoba. Sin lugar a dudas, un plato legendario…¡con más de dos mil años de tradición! Descubre en este artículo la historia de la sopa de la que quiso acordarse Cervantes. ¿Se prepara solo en Málaga? Prepárate para uno de los platos a base de almendra más interesantes.

¿Cómo de antiguo es?

Esta es una sopa fría que nos puede recordar bastante al salmorejo. Fría por las infernales temperaturas que se dan durante en verano en el sur de España. La principal diferencia reside en que el tomate se sustituye por almendras crudas. Por lo tanto, se trata de un alimento con mucha más tradición que sus primos: gazpacho y salmorejo.

Cosecha de almendra
Almendras. Fuente: dreamstime.com

Debemos tener en cuenta que el tomate no llegó a Europa hasta la conquista de América. Lo que sí se cultivaba, y en buena cantidad, es la almendra. Sin duda, una parte fundamental de la herencia gastronómica que nos dejaron los árabes. Sin embargo, hay quienes dicen que puede llegar a ser anterior.

El gastrónomo romano Marco Gavio Apicio comenzó a hablar de platos en los que se mojaba el pan con vinagre y almendras. ¡Lo sorprendente es que lo hizo en el siglo I! Su tratado De re coquinaria seguramente fuese uno de los principales competíos de la gastronomía patricia imperial. En esta obra ya hacía referencia a platos que seguramente se correspondan con el ajoblanco malagueño. Se sospecha también de la probable influencia de la Grecia antigua en este plato.

La fiesta del ajoblanco malagueño

Cuatro pueblos son los que se disputan la invención del ajoblanco malagueño. Aceuchal, Almáchar, Palomas y Puebla de la Reina. Por el momento, la fiesta del ajoblanco tiene lugar en Almáchar cada primer sábado de septiembre. Se trata de la feria gastronómica más antigua de Málaga. Su primera edición data de 1968. Los asistentes reciben cuantiosos litros de sopa acompañados de uva moscatel.

El vino y las pasas son otros de los asistentes a este evento. Las calles se convierten en museos al aire libre con exposiciones. Estas tratan sobre los antiguos aperos de labranza, ajuares y cerámicas. Al caer la noche se celebra una importante verbena a la luz de una gran hoguera. Esta ilumina las bulliciosas calles hasta el amanecer.

ajoblanco malagueño
Ajoblanco malagueño/Fuente: @Feuillesmile en Twitter

¿Solo malagueño?

Lo cierto es que se prepara también en otros lugares donde la almendra posee una importante presencia. Estos suelen ser extremadamente calurosos en verano. Nos referimos a Córdoba, Granada y Extremadura. En esta última comunidad siempre se ha relacionado esta sopa con la cocina pastoril. También se emplean otros ingredientes como yema de huevo o leche. Con ellos es que forman una masa pegajosa que luego separan con agua.

En algunos lugares de Cáceres puedes encontrarlas acompañadas de morcilla patatera y jamón. También es normal que lo veas acompañado de higos y uvas. Por otra parte, en la Alpujarra granadina existe una versión que incorpora patatas y judías verdes en la receta. Puedes incluso verlo preparado con harina de habas. Este fue el sustituto del pan en las épocas de hambrunas.

sopa fría de almendras
Sopa fría de almendras/Fuente:

¿Cómo prepararlo?

«Comimos al mediodía un gazpacho que me resfrió las tripas y a la noche un ajo blanco que me encalabrinó las entrañas». Ya hemos dicho anteriormente que Cervantes no se olvidó de este plato al igual que del nombre de aquel lugar de La Mancha. Parece que a Don Quijote no le entusiasmó demasiado este plato. Sin embargo, tú puedes prepararlo mucho mejor. Recuerda que hay vida mucho más allá del gazpacho y el salmorejo. Abre tu mente a todas las posibilidades que ofrece la almendra.

Lo primero que necesitas son 150 gramos de miga de pan. También precisarás medio litro de agua fría y cien gramos de aceite de oliva. Virgen extra, por supuesto. No olvides los 100 gramos de almendras crudas y el diente de ajo. Por último, deberás emplear dos cucharadas de vinagre y sal al gusto. Debes mezclar todos los ingredientes menos el aceite en la batidora. Tritúralos hasta que quede bien fina la mezcla. Echa el aceite poco a poco con la batidora en marcha. ¡Ya puedes disfrutar esta deliciosa sopa!

 

 

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