La gastronomía japonesa se caracteriza por su respeto a la tradición, la elegancia y el sabor. Pero, sobre todo, los postres son quienes más respetan esta finura. Los wagashi son un ejemplo de ello. Un plato dulce que destaca por su apariencia, muy similar a obras de arte en miniatura. Te contamos todos los detalles de este plato típico nipón.
Pequeñas obras de arte
Los waghasi son unos típicos dulces tradicionales de la gastronomía japonesa. Este tipo de bocadito está pensado para acompañar al té, ya que su dulzor combina como nada el amargor de dicha infusión. La ceremonia del té es uno de los ritos más importantes de la cultura nipona, por lo que estos pasteles se elaboran con mimo y gusto. Aunque están pensados para ello, también es muy común regalarlos en eventos familiares.
Se elaboran con ingredientes totalmente naturales, en los que priman el trigo, azúcar, arroz y judías rojas. A estos se le añaden otros muchos, dependiendo de la época del año, como por ejemplo la flor del cerezo durante la sakura, época de floración de dichos árboles. A diferencia de los postres occidentales, el wagashi no contiene elevadas cantidades de aceites o productos lácteos.
Estimulando los cinco sentidos
Probar un wagashi es agudizar nuestros cinco sentidos, ya que estos pasteles se aprecian con todos ellos. Sus formas y colores nos entrarán rápidamente por los ojos. Unas formas que evocan la estacionalidad y la naturaleza. Aun así, hay que destacar que hay pastelerías que los elaboran con cualquier forma a petición del cliente. En segundo lugar, nuestro tacto se estimulará gracias a las texturas suaves de estos bocados.
Cuando ya hemos cogido entre nuestras manos, un aroma a los diferentes ingredientes inundará nuestras fosas nasales. Esta sensación explotará en nuestra boca, donde el gusto y la textura se mezclarán para ofrecernos una sensación de placer casi nunca conocida. Y quizás lo más curioso es en lo referente a la estimulación del sentido del oído. Y es que los nombres de cada clase de este postre evocan a los haikus, los populares poemas japoneses.
La historia del wagashi
Como ya hemos comentado, los wagashi han ido siempre de la mano con las populares ceremonias del té. Sin embargo, no hay un consenso sobre la fecha exacta de su origen. Se sabe que son una tradición milenaria, dentro del período Yayoi, que abarca desde el siglo III aC hasta el siglo II dC. Hay documentos que confirman la existencia de unos pasteles elaborados con azúcar de frutas y cereales.
No fue hasta unos años después cuando la gastronomía japonesa empezó a ser influenciada por la china, siendo clave para la aparición de otros tipos de pasteles, entre los que destacan los mochis. El azúcar de caña fue un antes y un después en la cocina nipona. Aunque al principio era considerado un ingrediente de lujo, pronto se hizo muy popular, sobre todo gracias a la introducción de este alimento por parte de comerciantes portugueses.
El esplendor de una cocina tradicional
Los wagashi, que tuvieron su esplendor en el siglo XVII, eran considerados como alimento de las clases altas, pero poco a poco fueron también popularizándose entre los plebeyos japoneses. Un país que jamás ha olvidado sus raíces tradicionales en cuanto a la cocina se refiere. La gastronomía de Japón se caracteriza por su respeto a la tradición, la cultura y a la tierra.
A lo largo de los siglos ha evolucionado debido a las influencias internacionales, aunque sin perder de vista los valores tradicionales de una cultura milenaria. Durante la Edad Media y Edad Moderna se dieron los mayores movimientos gracias a la introducción de nuevos productos y técnicas, sobre todo de China y los países occidentales.
El arroz, las algas y el pescado son los productos principales de la cocina del país del sol naciente. Sin olvidarnos del té o los postres. Todo ello forman un sinfín de recetas sabrosas y llenas de nutrientes, muy beneficiosos para nuestra salud. Una gastronomía que merece mucho la pena conocer. ¿Vas a probar todos estos manjares?
